De manera sorpresiva, delegaciones del Gobierno de Venezuela y los partidos políticos de oposición anunciaron el inicio de una nueva ronda de diálogos en República Dominicana, según una publicación del diario 'Panorama'.
Ambos sectores se vuelven a encontrar tras un fallido diálogo en 2016 y luego de que el Ejecutivo de Nicolás Maduro anunciara la derrota del plan de acciones violentas ('guarimbas') que pretendió derrocarlo entre abril y julio de este año.
El alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, aseguró portar el mandato de Maduro "para que este proceso de diálogo cese el bloqueo brutal que los sectores financieros tienen contra la patria venezolana".
Julio Borges, diputado opositor y representante de la agrupación Mesa de la Unidad Democrática (MUD), declaró que el diálogo solo será posible si el Ejecutivo cumple una serie de aspiraciones de sus adversarios.
La pregunta de fondo es: ¿Se lograrán acuerdos para la estabilidad política de Venezuela?
Coherencia
Los resultados dependerán de los esfuerzos y la sinceridad de ambas partes, declaró a RT el periodista Vladimir Villegas, quien fuera uno de los representantes de la oposición en los diálogos convocados por el Ejecutivo nacional en 2014.
"Si el Gobierno juega a ganar tiempo o a malponer al adversario, como lo ha hecho en otras ocasiones, seguramente no habrá ningún resultado en los diálogos que sostienen. Y si la oposición no asume una actitud de coherencia frente al diálogo, el resultado tampoco va ser positivo", dijo.
Villegas, quien fue constituyente en 1999 y ocupó varios cargos durante el Gobierno de Hugo Chávez antes de declararse adversario del chavismo, apuntó que existen dos aspectos que deben ser superados.
Uno de ellos es "la permanente tentación del Gobierno de ganar tiempo para no llegar a ningún compromiso o para no cumplirlos"; el otro, lo describió como "el complejo opositor de asistir a un diálogo político, como si estuviera cometiendo un delito o traicionando a sus seguidores".
Al ser consultado sobre la decisión opositora de ocultar las conversaciones, a pesar de que se publican imágenes de los encuentros, opinó que la actitud debería ser distinta. Habría que "anunciar esos diálogos públicamente y sin complejos porque, cuando el Gobierno publica fotos, lo hace con el cálculo político de descolocar a la oposición frente a sus seguidores".
Diálogo y no violencia
El periodista cree que en la actual coyuntura existe "un espacio propicio" para el avance de los sectores de la oposición que apuestan a la política y no a la violencia.
Refiriéndose a las 'guarimbas' ejecutadas durante los meses pasados, indicó que "esas posiciones inmediatistas no dieron ningún resultado; al contrario, se tradujeron en frustraciones. Por eso ganamos espacio y audiencia los factores que hemos apoyado un diálogo político".
No obstante, no es "totalmente optimista sobre el éxito de estos diálogos" entre el Gobierno y la oposición. "Ojalá esas negociaciones se den en buenos términos, que culminen en acuerdos que se cumplan y puedan ser verificados por mediadores que cuenten con el visto bueno de ambos sectores. Pero todo dependerá de lo que el Gobierno quiera hacer de verdad", señaló Villegas.
Obligados por la derrota
Desde el otro lado de la acera política hay quienes opinan que los partidos opositores fueron obligados por las circunstancias a sentarse en una mesa de diálogo con el Ejecutivo de Maduro.
Consultado por RT, el académico y analista social Erick Rodríguez Mieres explicó que, al fracasar el plan violento, la oposición venezolana "ya sin opciones, debió aceptar lo que el Gobierno de planteó desde el primer día: diálogo y negociación política".
Para ello, los partidos de derecha sólo debían "someterse a las leyes del país y respetar la voluntad popular", pero Rodríguez asegura saber la razón por la que los políticos opositores ocultan y niegan los diálogos con el sector oficial.
"La oposición no ha admitido públicamente que sostiene conversaciones con el Gobierno desde hace varios meses porque eso significaría el reconocimiento de la derrota de su plan para desestabilizar el país, para someterlo a una guerra civil", subrayó el analista.
El académico agregó que pidieron a los chavistas mantener las reuniones en secreto para no afectar sus aspiraciones electorales porque "la MUD no es capaz de admitir que negocia políticamente con el chavismo, porque cada día pierden la adhesión de sus seguidores y la credibilidad que tenían de un sector de la población, al que le prometieron una salida rápida del Gobierno por vías no constitucionales".
Por último, Erick Rodríguez observa que la violencia desatada por dirigentes opositores "sin duda alguna, afectará las aspiraciones electorales" de los antichavistas que inscribieron sus candidaturas para la próxima elección de gobernadores.
Ernesto J. Navarro