Los científicos estadounidenses del LIGO Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne se han llevado el Premio Nobel de Física 2017 por el descubrimiento de las ondas gravitacionales, informa la Real Academia de las Ciencias de Suecia.
Las ondas tienen su origen en las colisiones de dos agujeros negros. La ciencia ha tardado 1.300 millones de años en descubrirlas. Ello ha sido posible con ayuda del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO, por sus siglas en inglés).
"Nos tomó mucho tiempo, casi dos meses, para convencernos de que habíamos visto algo desde el exterior que era verdaderamente una onda gravitacional", ha confesado Weiss durante la rueda de prensa celebrada con motivo de la concesión del galardón.
Rainer Weiss ha sido premiado con la mitad del galardón de 9 millones de coronas suecas (1,1 millones de dólares) mientras que Kip Thorne y Barry Barish compartirán la otra mitad.
El 11 de febrero de 2016, los científicos del LIGO confirmaron por primera vez la existencia de las ondas gravitacionales (GW150914) en el espacio-tiempo producidas por la colisión de dos agujeros negros, uno de 36 veces, y el otro 29 veces más grandes que el Sol, a una distancia de más mil millones de años luz de la Tierra.
Por primera vez las ondas gravitacionales del universo, predichas por Albert Einstein hace un siglo, fueron observadas el 14 de septiembre de 2015.
Este lunes tres científicos estadounidenses, Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young, se alzaron de manera compartida con el Premio Nobel de Medicina por su trabajo, que revela los mecanismos moleculares que controlan nuestros relojes biológicos.