La revolución eólica de Uruguay y su éxito extraordinario en la lucha por la soberanía energética
Actualmente Uruguay es uno de los países con mayor presencia de energía eólica en su suministro eléctrico. Sin embargo, este logro es resultado de una verdadera revolución, que dejó atrás una historia de dependencia de la importación de energía.
En 2005 Uruguay no tenía ni un solo molino de viento. Hoy casi 700 aerogeneradores están distribuidos en una treintena de parques públicos y privados, lo que ubica a la nación entre los primeros 4 países con mayor porcentaje de producción eólica en su matriz energética. En 2016 la cifra alcanzó el 23 % a nivel regional, seguido solo por Brasil con apenas un 6 %. Y el porcentaje ha aumentado considerablemente en lo que va de 2017.
Pero esto no siempre fue así. "Llegaron momentos en que más del 65 % de la matriz de abastecimiento era petróleo importado", recuerda en la entrevista a RT la directora de Energía de Uruguay, Olga Otegui. "Y eso redundaba en todos los números, no solo en los del sector eléctrico. En los números de todo el sector económico del país", añade.
Un cambio radical
El acuerdo de todos los sectores políticos fue fundamental en el éxito de este aceleradísimo cambio de matriz. Un marco jurídico confiable aportó además la adhesión de inversores privados y de industrias que adquirieron sus propios molinos, recibiendo facilidades para autoabastecerse de energía, abaratando costos y con contratos que les permiten vender la producción excedente a la empresa de energía estatal.
Otra novedosa medida para abrir el juego y los beneficios, más allá del Estado y las grandes empresas, fue una inédita venta de acciones de un parque eólico a un mínimo de 100 dólares para pequeños ahorristas.
Aunque las autoridades reconocen todavía una deuda por cumplir: "El costo de abastecimiento de la demanda energética pudo bajar y eso hace que sea nuestro gran desafío, que eso tiene que traducirse ―y tiene que ser a la brevedad― a las tarifas. Y que esos beneficios que hoy tiene el sistema eléctrico lo tienen que ver todos los usuarios", comentó Otegui.
Con solo un 3 % de consumo de energías convencionales en lo que va del año, los uruguayos terminan de sellar su soberanía energética, sin depender más de los precios internacionales del petróleo, ni de los efectos del cambio climático en las lluvias. Un modelo con marca propia, pero que busca inspirar a otras naciones.