El futuro de nuestra civilización es una gran incógnita que preocupa a las mentes más brillantes de la actualidad. Algunas se centran en las potenciales consecuencias catastróficas del cambio climático, otras, en el envejecimiento de la población mundial, y muchas, en las posibles amenazas procedentes del espacio. Sin embargo, en este artículo analizamos otro tema que fascina y a la vez preocupa a numerosos científicos y expertos: los avances tecnológicos que nos esperan en las próximas décadas y cómo cambiarán la existencia de la humanidad.
No en vano, como anunció recientemente un grupo de futurólogos, tecnologías que hoy parecen irreales o salidas de una película de ciencia ficción llegarán a hacerse realidad en los próximos 50 años, y transformarán la vida de la humanidad por completo.
La investigación, encabezada por el famoso futurólogo británico Ian Pearson, recoge todos los hallazgos recientes para enumerar las emocionantes innovaciones que las generaciones más jóvenes podrían llegar a ver dentro de sus propias vidas.
Así, los futurólogos prometen que podremos disfrutar de medios de transporte novedosos, como coches voladores que no necesitarán un conductor, o trenes submarinos supersónicos que unirán continentes gracias a velocidades de más de 1.200 kilómetros por hora. La tecnología que permitirá desplazarse con tal rapidez será la supercavitación, fenómeno hidrodinámico que se produce cuando un objeto se mueve a gran velocidad en un fluido.
Por otro lado, exoesqueletos con musculatura fabricada con polímeros electro-activos convertirán a cualquier persona en un 'súperhumano' de fuerza física nunca antes vista, mientras que pequeños implantes inteligentes ayudarán a controlar la salud, diagnosticando en tiempo real la composición química de la sangre y las señales nerviosas de un paciente.
Otras innovaciones podrían parecer más contradictorias, aunque no menos impactantes, como tecnologías de detección del pensamiento, que serán usadas ampliamente por los servicios de seguridad en la prevención de crímenes para conocer con antelación los planes de los delincuentes. Como esta innovación también podría ser utilizada en asuntos de la vida privada y cotidiana, los futurólogos se han abstenido de predecir si le gustará o no al ciudadano corriente.
Por si pareciera poco, los futurólogos aseguran que la 'tecnología de invisibilidad' se hará cada vez más accesible. En sus previsiones, los 'mantos invisibles' serán primero prerrogativa de los ejércitos, pero luego también llegarán al mercado para su uso común. Finalmente, auguran que dentro de unos 50 años el turismo espacial será casi rutina, ya que la tecnología permitirá pasar las vacaciones en el espacio extraterrestre y regresar a tiempo a la oficina o los estudios.
Si estas previsiones nos permiten asomarnos a la vida que tendremos dentro del medio siglo, existen pronósticos mucho más detallados, como los de Raymond Kurzweil, director técnico de Google. Kurzweil, uno de los investigadores principales en el campo de la inteligencia artificial, lleva formulando predicciones desde los años 90, de manera que si recogemos todos sus vaticinios año por año, podemos hacernos una idea de su visión del futuro por orden cronológico.
Por ejemplo, según Kurzweil, ya dentro de 10 o 15 años, la humanidad podrá prolongar más la vida de nuestra especie y para 2042 podrá alcanzar la inmortalidad, gracias a unos nanorobots que circularán por nuestros vasos sanguíneos para controlar el estado del organismo y combatir los factores dañinos.
En general, los robots se introducirán de manera paulatina, primero como asistentes caseros y luego como una parte obligatoria para realizar la conducción guiada de los coches hasta llegar a los mencionados nanorobots.
En la década de los 30, el avance de la inteligencia artificial será tan drástico que demandará que se reconozca que cuenta con consciencia. A partir de ese momento, se empezará a borrar la frontera entre la conciencia humana y la artificial, y alrededor de 2040 alcanzaremos la 'singularidad': la fusión de la inteligencia artificial y el cerebro humano.
Esta evolución culminará en 2045, cuando todo el planeta se convertirá en una sola computadora, y para 2099 el proceso de la singularidad tecnológica se extenderá a todo el universo.
En sus predicciones, Kurzweil no considera muchos factores que podrían obstaculizar esos avances, desde guerras hasta factores políticos, pasando por las desigualdades sociales, el cambio climático e, incluso, la carencia de agua dulce.
Aun así, el inventor es conocido porque algunos de sus pronósticos sí se cumplieron. Una de sus predicciones más precisas tuvo lugar en 1990, cuando auguró que en ocho años el intelecto artificial vencería al humano jugando al ajedrez y la computadora Deep Blue venció al campeón Gari Kaspárov en 1997. El futurólogo también previó el dominio de las redes inalámbricas de transmisión de datos para principios de este siglo y el desarrollo y presencia omnipresente de Internet.
Como ya hemos podido constatar, el desarrollo acelerado de la inteligencia artificial (IA) es un tema central cuando se habla de nuestro futuro tecnológico. También es un tema que suscita acalorados debates entre los científicos o gurús de la industria, que no pueden llegar a un acuerdo en las preguntas clave: ¿cuál será nuestro lugar en un mundo donde los robots puedan hacer lo mismo que los seres humanos? ¿Pueden las máquinas inteligentes salir fuera del control? ¿Es la inteligencia artificial un gran bien o una amenaza fundamental para nuestra civilización?
Las dos figuras clave que mejor ilustran este debate son el director general del SpaceX, Elon Musk, y el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, que tienen puntos de vista opuestos sobre el tema.
El multimillonario estadounidense Elon Musk, fundador de las empresas innovadoras SpaceX y Tesla, en repetidas ocasiones calificó la inteligencia artificial como "el riesgo más grande que afrontamos como civilización", que podría desencadenar una Tercera Guerra Mundial y "ser más peligrosa que las armas nucleares".
Hablando en julio ante la Asociación Nacional de Gobernadores de EE.UU., Musk hizo un llamamiento a las autoridades para que empiecen a regular cuanto antes la inteligencia artificial, insistiendo en que tenemos que "anticiparnos" en vez de "reaccionar", porque si los humanos tenemos que reaccionar a la IA, entonces, ya será "demasiado tarde".
El empresario cree que en el futuro los robots harán todos los trabajos "sin excepciones". Sin embargo, lo más preocupante para Musk reside en el hecho de que podrán provocar guerras fabricando "noticias falsas" y "manipulando la información" de otras formas, ya que "una pluma es más poderosa que una espada".
Por su parte, Mark Zuckerberg tomó una postura totalmente diferente a Musk y a otros que han advertido sobre los peligros potenciales de la tecnología. Tras los comentarios de Musk en julio, el fundador de la red social más popular del mundo explicó que es "realmente optimista" sobre el desarrollo de la IA, ya que tiene el potencial de traer "una mejora dramática en la vida de la gente".
El fundador de Facebook apuntó que no entiende a las personas negativas que intentan pintar "escenarios apocalípticos". "Es realmente negativo y de alguna manera creo que es bastante irresponsable", subrayó Zuckerberg.
Aunque Zuckerberg reconoció que es necesario tener cuidado, ya que "la tecnología generalmente puede usarse siempre para el bien y para el mal", sostuvo que sería "cuestionable" argumentar a favor de ralentizar su desarrollo.
Esto sí, pocos días después Facebook tuvo que desactivar una inteligencia artificial que 'cobró vida propia'. A su vez, Musk respondió a las críticas tildando de "limitado" el conocimiento de Zuckerberg sobre el tema.
Los temores de Musk los comparte el presidente y fundador de la plataforma de comercio electrónico Alibaba, Jack Ma, quien también alerta de que las nuevas tecnologías podrían provocar una Tercera Guerra Mundial.
Sin embargo, el multimillonario chino está seguro de que los humanos ganarían esta batalla, ya que las máquinas jamás podrán tener la sabiduría y la experiencia de los humanos.
"La sabiduría procede del corazón (…) Siempre se podrá crear una máquina que aprenda el conocimiento, pero es difícil para las máquinas tener un corazón humano", explicó Ma en una entrevista con CNBC en junio. Además, el empresario defendió que el objetivo de esta tecnología debería ser la creación de máquinas que hagan cosas que los humanos no pueden, en lugar de que estas máquinas sustituyan a las personas.
Stephen Hawking, uno de los seres humanos más inteligentes de la historia, nos deja un pronóstico más ambiguo. En su opinión, "el ascenso de inteligencias artificiales poderosas" será "lo mejor, o lo peor, que le ocurra a la humanidad".
"Tengo que decir ahora que todavía no sabemos si será lo uno o lo otro", confiesa Hawking, agregando que "debemos hacer todo lo posible para asegurar que su desarrollo futuro nos beneficie a nosotros y al medioambiente".
Al mismo tiempo, el renombrado físico británico admite que los seres humanos nos enfrentamos a la posibilidad cierta de ser superados por las computadoras.
"En teoría, las computadoras pueden emular la inteligencia humana y superarla. Así que no podemos saber si la inteligencia artificial nos ayudará infinitamente, o si nos ignorará, nos marginará o, como es posible, nos destruirá", asevera.