Rusia no deja de reivindicar la propiedad diplomática que le fue "requisada ilícitamente" por el Gobierno de Estados Unidos y se apresta a presentar una demanda judicial. Así lo afirmó el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, al hablar por teléfono con el secretario de Estado Rex Tillerson.
El ministro "se enfocó en la exigencia de que sean devueltas las dependencias inmobiliarias del servicio diplomático ruso requisadas ilícitamente", según recoge la plática un comunicado de la Cancillería rusa. Además, Lavrov recalcó que Moscú "se reserva el derecho a un litigio judicial y a medidas de respuesta".
A principios de este mes de octubre, la Cancillería rusa condenó como una violación grave de las normas internacionales la irrupción de agentes estadounidenses en la sede de su Consulado General en San Francisco. El edificio fue vaciado y cerrado a principios de septiembre pasado, debido a una decisión que el presidente Donald Trump justificó como "en aras de la paridad invocada por los rusos".
Fueron suspendidas simultáneamente las actividades en dos representaciones comerciales rusas, en Washington y Nueva York. Moscú catalogó aquellas medidas y los posteriores registros en las sedes diplomáticas como allanamiento y actos hostiles.
El Ministerio de Exteriores subrayó en varias ocasiones que no acepta el levantamiento de la inmunidad de la propiedad diplomática. Califica la situación actual de las tres dependencias mencionadas como "ocupación completa".
Aparte del tema de la propiedad diplomática, Lavrov advirtió a su par sobre la inaceptable escalada de tensiones en torno a la península coreana. Las partes coincidieron en su estimación positiva del diálogo que mantienen de forma permanente los vicecancilleres Serguéi Riabkov y Thomas Shannon.