Al tiempo que el presidente de EE.UU., Donald Trump, mira "hacia atrás y piensa en gastar miles de millones de dólares para fortalecer las infraestructuras obsoletas" del país, el líder chino, Xi Jinping, "mira hacia adelante alimentando la idea de la nueva Ruta de la Seda, un proyecto mundial que tiene un valor de un billón de dólares", publica la revista 'The Weekly Standard'.
"Aunque los economistas de los países capitalistas creen en la teoría de que una economía centralizada se derrumbará tarde o temprano bajo el peso de las contradicciones internas, China es capaz (…) de ocupar una posición económica importante en el mundo", dice el medio estadounidense, que revela los cinco pasos que podría dar Pekín para lograrlo.
- Hacer uso de "la manipulación de divisas como un arma importante en la construcción del poder económico nacional, infravalorando el yuan para estimular las exportaciones e impulsando su valor para detener la fuga de capitales";
- Proteger las empresas estatales ineficientes subsidiándolas y exigiéndoles comprar bienes chinos para evitar que el desempleo suba a niveles peligrosos;
- "Gastar lo que sea necesario para dominar las industrias del futuro", como la industria aeroespacial y la inteligencia artificial, entre otras;
Comprar, "en la medida de lo posible", empresas extranjeras que cuenten con la tecnología necesaria. Ninguna empresa extranjera podrá acceder al mercado chino a menos que comparta sus tecnologías con socios chinos;
Crear "un Ejército capaz de prevenir lo que el país tuvo que enfrentar en el pasado (...), una flota oceánica y construir islas artificiales que le permiten controlar el mar de China Meridional y las rutas marítimas a través de las cuales fluye el 40% del comercio mundial".
Por su parte, Washington también puede recurrir a sus propios medios disponibles para frustrar los planes chinos, en particular apoyar la campaña para impedir que las empresas chinas adquieran compañías estadounidenses de tecnología y no permitir al fondo de capital chino hacer inversiones hasta que cumpla con estrictas condiciones, según la publicación. Se prevé que el líder estadounidense visite China en el marco de su primer viaje oficial a Asia entre el 3 y el 14 de noviembre.