Premio Nobel a RT: "Una guerra nuclear mataría indiscriminadamente a millones de civiles"

Daniel Hogsta, coordinador de la red ICAN, afirma que hay que estar atentos a los países que realizan "serias amenazas de comenzar una guerra nuclear".

El día que la  directora ejecutiva de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), Beatrice Fihn, pronunció el discurso inaugural durante la ceremonia de la firma del Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares en Naciones Unidas, tomó notas con un boligrafo de la película 'Frozen' que era de su hija y ese objeto cobró un protagonismo especial en las fotografías sobre ese evento que se difundieron en las redes sociales.  

En esa intervención, la más importante de su carrera, Fihn explicó a los secretarios generales de organizaciones internacionales, mandatarios y ministros presentes que ese acuerdo representaba "la determinación de los sobrevivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki y las pruebas nucleares alrededor del mundo" y establecía "la obligación legal de abordar el daño" que causa ese tipo de armamento.

Alrededor de dos semanas después, el secretario del Comité Noruego del Nobel le comunicó que la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares sería galardonada con el Premio Nobel de la Paz por su trabajo para generar consciencia sobre las catastróficas consecuencias humanitarias que acarrea el uso de armas nucleares. 

ICAN, una coalición compuesta por más de 468 organizaciones de la sociedad civil —aunque en su estructura solo cuenta con cuatro personas—, ha transformado la narrativa y ha ejercido una estrategia de cabildeo efectivo en este ámbito.

Daniel Hogsta, coordinador de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN)
Existe la noción de que, a pesar de que son un problema, las armas nucleares resultan útiles de alguna manera, una cuestión de seguridad nacional. Ese tipo de encuadre ha dificultado el desarme nuclear.

El coordinador de la red ICAN, Daniel Hogsta, ha explicado durante una entrevista exclusiva a Actualidad RT desde Ginebra (Suiza) que, cuando no tenían recursos ni demasiada visibilidad en los medios de comunicación, la clave fue escoger sus batallas y generar alianzas.

Aunque el galardón reconoce a ICAN, Hogsta especifica que el reconocimiento es para los miles de activistas en más de 100 países que pertenecen a la coalición y a los logros que obtuvieron gracias a su actuación con los gobiernos de esos lugares.

"Enviamos alertas de acción cuando vemos oportunidades para cambiar la posición de países específicos. Muchos [activistas] tienen contactos en Asuntos Exteriores. Nos centramos en un impacto concreto en los gobiernos. Preparamos paquetes de información para funcionarios y periodistas, pero nuestros activistas conocen mejor sus países y su contexto, así que dejamos que actúen", explica este activista.

Entre los obstáculos que enfrentaron en estos 10 años de existencia para llamar la atención de la población mundial sobre los riesgos de las armas nucleares, el coordinador de la red ICAN destaca que "la mayoría de las personas no estaban interesadas en el desafío que representan las armas nucleares" porque estimaban que era "un problema demasiado grande para abordarlo de manera adecuada".

Al respecto, detalla que "es como una película de terror donde todo es demasiado horrible de comprender", algo que "conduce a una sensación de desesperanza y a la inacción". Por otro lado, "existe la noción de que, a pesar de que son un problema, las armas nucleares resultan útiles de alguna manera, una cuestión de seguridad nacional. Ese tipo de encuadre ha dificultado el desarme nuclear" y "ha sido un gran reto romper esa narrativa".

Para lograrlo, tuvieron que transformar la terminología con que se abordaba el tema. Daniel Hogsta considera que el lenguaje técnico "hace más complicada la cuestión y más difícil que se involucren nuevas personas en el movimiento pro desarme, por lo que nosotros intentamos eliminar las tonterías", ya que "no se trata de hablar sobre la teoría de la disuasión, sino de que las armas nucleares y el daño humanitario que causan no son aceptables". 

El Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares en Naciones Unidas firmado por 53 países lleva poco tiempo en vigor y cuenta con el rechazo de las potencias nucleares, por lo que "es necesario" que apoyen ese pacto "tantos gobiernos como sea posible", recuerda Beatrice Fihn, quien subraya que no hay que bajar la guardia ante los países que realizan "serias amenazas de comenzar una guerra nuclear que mataría indiscriminadamente a millones de civiles".

El funcionamiento de la red ICAN es un ejemplo de la importancia que la acción de la sociedad civil puede tener en el futuro de todos y demuestra que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos pueden marcar la diferencia.

Magda Coss

@magdacoss