Un veterano politólogo y miembro del influyente Consejo de Política Exterior y de Defensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia explica por qué el viejo orden mundial está condenado al colapso y qué lo reemplazará.
En un artículo para 'Rossiyskaya Gazeta', Serguéi Karagánov señala que después del colapso de la URSS, se declaró un "orden mundial liberal", un breve período de la hegemonía de EE.UU. y Occidente que en realidad no tenía "nada de liberal", ni tampoco de "orden".
Así, Occidente "se apropió del derecho" de hablar en nombre de la "comunidad internacional", afirmando —o imponiendo por la fuerza— que el mundo debe vivir acorde al modelo político occidental y los valores occidentales. "Si esto es libertad, ¿entonces qué es la esclavitud?", se pregunta el analista.
Tampoco era un "orden", sino más bien "la ley de la jungla", donde se violaba la ley internacional y las normas de la convivencia interestatal, asegura Karagánov, quien recuerda la guerra civil y los bombardeos de Yugoslavia, la invasión de Irak o la agresión en Libia, además de los "numerosos casos de apoyo y provocación de las 'revoluciones de colores'".
Rusia ha ayudado a destruir ese orden, y "con razón", pero incluso sin su activa participación, "el intento de establecer una hegemonía occidental estaba condenado", afirma el experto.
Por qué colapsó la hegemonía occidental
En opinión de Karagánov, había muchas razones para "la pérdida por parte de Occidente de las posiciones dominantes en el sistema político y económico mundial", pero la más profunda es la destrucción de la "superioridad militar", que fue la base de su dominio.
Karagánov explica que la disuasión nuclear mutua de Rusia y EE.UU. —y ahora también de China, la India, Pakistán, Israel, Francia y el Reino Unido— junto con otros factores, hacen que las grandes guerras hoy en día "sean casi imposibles", pues amenazarían a toda la humanidad.
Como resultado, los países "tienen que competir en niveles políticos y económicos más altos", en los que nuevos jugadores tienen cada vez más ventajas, mientras que Europa está "perdiendo claramente" y EE.UU. también "comienza a perder".
El futuro en 15 años
A la hora de intentar pronosticar cómo será el futuro dentro de 15 años, el analista advierte de que cambiará la misma "base política y militar" sobre la cual se construirá el nuevo orden mundial.
Así, predice que nuevos países como Corea del Norte, Corea del Sur, Japón e Irán pueden unirse al club nuclear, pero además, habrá otro "poderoso factor": la posesión, por parte de una serie de Estados, de armas cibernéticas capaces de causar un daño similar al de las nucleares.
No obstante, el autor sugiere ver el lado positivo de esta nueva realidad. Y es que, de la misma manera que la disuasión nuclear mutua impidió a la humanidad repetir "las guerras suicidas" del pasado, las armas cibernéticas, en última instancia, también podrán fortalecer la disuasión multilateral mutua mientras el mundo avance hacia un nuevo orden.
Un mundo mejor
Este orden mundial será "mucho más libre que el actual", promete Karagánov, quien señala que ya hoy en día la imposición de sistemas políticos, valores culturales y humanos "se está volviendo cada vez más difícil" para Occidente.
En opinión del experto, es mejor comenzar a construir el nuevo modelo en asociación con la Gran Eurasia, propuesta por Rusia y respaldada por China, y con la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda de Pekín.
Por otro lado, prosigue el analista, es necesario iniciar lo antes posible una discusión entre todas las potencias nucleares (y posiblemente otros países grandes y soberanos) sobre cómo mantener la estabilidad estratégica internacional en el largo período de transición hacia el nuevo modelo.
Si se logra llegar a un acuerdo sobre "una nueva base militar y política" del futuro orden mundial, "puede ser mejor que muchos de los anteriores", concluye Karagánov.