Los próximos movimientos de Arabia Saudita y Rusia en la arena internacional petrolera podrían acabar en un fuerte golpe a la hegemonía del dólar que EE.UU. prácticamente no podría esquivar. Así lo afirma el analista y bloguero Iván Danílov para RIA Novosti, sugiriendo que Moscú podría catalizar un escenario en el que Riad dé "muerte al petrodólar".
Según Danílov, la reciente visita a Moscú del rey saudí, Salmán ben Abdelaziz al Saúd, ha sido problemática para las relaciones entre Washington y Riad, que recientemente ha irritado a EE.UU. con decisiones como la de adquirir los sistemas de defensa aérea rusos S-400.
Aislamiento muy similar al ruso
Ahora, esa visita histórica ha volteado el foco de atención al campo petrolero, particularmente a la esperada salida a bolsa de Aramco, la empresa petrolera saudí. El analista menciona que hay informes de que esa multimillonaria movida podría cancelarse, lo que ha sido un problema para reguladores financieros estadounidenses y británicos.
Desde Nueva York y Londres advierten a Riad que tomar otra vía —por ejemplo, la venta de Aramco a China— privaría a la economía saudí del "acceso a los recursos de capital más importantes del mundo". Danílov señala que esto es extrañamente "muy similar" al aislamiento financiero y económico con que a menudo se amenaza a Rusia.
Matar al petrodólar
¿Qué significa un acercamiento con Moscú? El analista señala que —a simple vista— EE.UU. no tendrá dificultades en obligar a Arabia Saudita a renunciar a su cooperación con Rusia, mediante la aplicación de medidas severas contra el país árabe en los mercados financieros. Pero Riad tiene una manera de infligir el daño económico más grave en EE.UU.: matando al petrodólar.
En particular, la muerte del comercio de petróleo en dólares la posibilitaría China al forzar a Arabia Saudita a venderle petróleo a cambio de yuanes. Este esquema privaría a EE.UU. de un muy necesario ingreso de petrodólares, que generalmente destina a las obligaciones de deuda del Gobierno.
Según Danílov, el papel de Rusia en esta tríada sería el de maximizar el daño al sistema financiero estadounidense mediante el fomento al comercio petrolero en el Intercambio Internacional de Mercancías de San Petersburgo y, si algo sale mal, suministrar los confiables complejos S-400 de alta precisión a Arabia Saudita.