"Salió disparado como una bala": China prueba un dron capaz de volar en la 'zona muerta'
China realizó una exitosa prueba de un dron de inteligencia militar desarrollado con el fin de dominar la 'zona muerta', la parte de la estratósfera que constituye el epicentro de la carrera espacial de nuestro tiempo, informa el diario South China Morning Post.
Se trata de una zona de la atmósfera terrestre que comienza a partir de los 20 kilómetros de altura y que es casi inaccesible para los pequeños vehículos aéreos no tripulados. Su escasa densidad de aire constituye un obstáculo para mantener la altura, mientras que las temperaturas extremadamente bajas interfieren en el funcionamiento de los circuitos electrónicos.
Tan lejos, tan cerca
Así, esa área estratégica para sobrevolar y observar grandes territorios, se encuentra demasiado alto para la mayoría de los aeroplanos y al mismo tiempo demasiado baja para un satélite espacial. El dron que más logró acercarse a la 'zona muerta' fue, hasta hace poco, el Northrop Grumman RQ-4 Global Hawk de la Fuerza Aérea estadounidense, que puede alcanzar altitudes de 19.000 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, en septiembre último China probó con éxito dos modelos experimentales, uno de los cuales voló a 25 kilómetros de altura. Tras ser elevados mediante un aerostato de alta presión, los dispositivos maniobraron a diferentes alturas.
Rápido como una bala
Estos vehículos experimentales, cuyo tamaño es similar al de un murciélago, utilizaron un pulso electromagnético para acelerar de 0 a 100 kilómetros tras recorrer una distancia equivalente al largo de un brazo, sostiene el medio chino.
El prototipo "salió disparado cono una bala", declaró Yang Yanchu, científico encargado de dirigir este proyecto de la Academia de Optoelectrónica de la Academia China de las Ciencias.
Tras ganar velocidad, los aparatos planearon hacia su objetivo ubicado a más de 100 kilómetros de distancia mientras enviaban datos de vuelo hacia una estación terrestre. Tanto sus trayectorias como su altitud fueron reguladas de manera automática, sin necesidad de intervención humana.
Enjambre de drones
"El objetivo de nuestra investigación es lanzar cientos de estos drones" de un solo golpe, como si se liberara "un enjambre de abejas u hormigas", indicó el profesor Yang.
A diferencia de los modelos de otros países, cuyos costo asciende a millones de dólares, los prototipos chinos apuntan a reducir los costos de producción a apenas unos cientos de yuanes (decenas de dólares). Estos pequeños modelos, que pueden caber en una caja de zapatos, están provistos de dispositivos que registran el territorio sobrevolado, así como los objetivos militares. Además, los aparatos experimentales son casi indetectables para los radares enemigos.
Sin embargo, estos drones no cuentan con cámaras de foto y video ni antenas de transmisión, para no entorpecer los lanzamientos a gran altura. Algunos prototipos incluso prescinden de un motor de propulsión, ya que están diseñados para planear hasta su objetivo.