¿Qué pasó el 26 de abril de 1986 en los primeros instantes de lo que se convirtió en la peor catástrofe atómica? Un equipo de científicos de Suecia ha estudiado la dispersión de los isótopos de xenón hallados en la ciudad rusa de Cherepovéts ―370 kilómetros al norte de Moscú― poco después del accidente en la central nuclear de Chernóbil y han determinado que fueron resultado de una explosión nuclear.
"Llegamos a la conclusión de que las dos explosiones en el reactor reconocidas por los testigos fueron explosiones nucleares mediadas por neutrones térmicos en el fondo de varios canales de combustible, y que al cabo de unos 2,7 segundos una explosión de vapor rompió la vasija del reactor", sostiene los investigadores en su estudio publicado en la revista Nuclear Technology.
La naturaleza de dos explosiones que ocurrieron con unos tres segundos de diferencia en uno de los reactores de Chernóbil y de las que hablaron testigos ha sido sujeta a distintas interpretaciones.
Según la versión más común, no fueron de carácter nuclear y ocurrieron a causa de la alteración en la circulación de agua. Asimismo, se cree que la primera explosión fue de vapor, que empezó a interactuar con la envoltura de circonio de los elementos de combustible, lo cual provocó un enorme escape de hidrógeno y la segunda explosión, más potente.
Los científicos suecos han desafiado esta versión y afirman que la primera explosión fue nuclear, mientras que la segunda fue de vapor. Su conclusión se basa en el hecho de que un grupo científicos del Instituto del Radio V.G. Khlopin, de San Petersburgo, detectó productos de fisión de xenón en Cherepovéts el 29 de abril de 1986.
¿Cómo apareció xenón tan lejos del lugar de la catástrofe?
Tras hacer cálculos acerca de la dispersión, los científicos determinaron que "las explosiones nucleares generaron un chorro de plasma que se disparó hacia arriba por los canales de combustible, todavía intactos, empujó los tapones de 350 de kilos de los tubos y continuó por el techo, bastante fino".
La presencia de isótopos de xenón en un lugar tan alejado del escenario de la catástrofe como Cherepovéts se explica con el hecho de que los residuos de Chernóbil pasaron a la atmósfera a altitudes de entre 2,5 y 3 kilómetros y las condiciones meteorológicas facilitaron su ruta hacia esta ciudad.