Las tensiones entre Corea del Norte y EE.UU. han alcanzado un punto crítico este año, con el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazando con desatar "fuego y furia" contra Pionyang, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, diciendo que "seguramente y definitivamente (hay que) domar con fuego al viejo caduco estadounidense, mentalmente trastornado", refiriéndose a Trump.
Pero Corea del Norte no ha lanzado ni un misil desde el 15 de septiembre, cuando un proyectil sobrevoló Japón y cayó al océano. El enviado especial de EE.UU. para Corea del Norte, Joseph Yun, ha especulado que una interrupción en las pruebas durante tanto tiempo podría ser una señal de que Pionyang ya estaba listo para comenzar las negociaciones sobre su programa nuclear. No obstante, los expertos tienen otras teorías sobre el caso, según el portal Vox.
"La calma antes de la tormenta"
De acuerdo con el autor del artículo, Alex Ward, el problema es que centrarse en este período de relativa calma desvía la atención de una posibilidad más preocupante: que Corea del Norte pueda estar preparándose para lanzar misiles a principios del 2018 durante los Juegos Olímpicos de Invierno en la vecina Corea del Sur o para una confrontación real con EE.UU.
"No habría mejor momento para que Corea del Norte pruebe un misil balístico intercontinental más temible, una gran bomba de hidrógeno, o incluso intente lanzar un ataque cibernético contra los Juegos Olímpicos", cita el periodista al experto en seguridad de Asia en el Centro del Interés Nacional, Harry Kazianis. "Todo esto es solo la calma antes de la tormenta", concluyó.
Muchos expertos, por su parte, creen sin rodeos, que la pausa actual probablemente no durará mucho.
Corea del Norte tiene otras prioridades en este momento
Ward señala también que los lanzamientos de misiles requieren buen tiempo. A veces incluso la NASA retrasa el lanzamiento de cohetes debido a las tormentas.
Eso plantea un problema para Corea del Norte, que sufre un clima invernal brutalmente frío y ventoso. Al país a veces se le denomina 'tierra congelada' y la temperatura allí puede caer muy por debajo de 0ºC. La capital tiene un promedio de 37 días de nevadas por año. Por lo tanto, es bastante difícil planear un lanzamiento de misiles cuando hay esas condiciones.
Al mismo tiempo, la temporada de cosecha de Corea del Norte se lleva a cabo durante los últimos tres meses del año. En lugar de preparar los lanzamientos de misiles, las tropas norcoreanas viajan a las áreas rurales para realizar tareas agrícolas, según Jeffrey Lewis, un experto en el programa de misiles de Corea del Norte en el Instituto Middlebury de Estudios Internacionales.
La distribución de cultivos cosechados en todo el país, por su parte, no solo requiere mano de obra, sino también combustible, el mismo que Pionyang usaría para impulsar sus misiles. Pero Corea del Norte tiene un suministro de combustible limitado, probablemente debido a las duras sanciones impuestas por EE.UU., China y Europa. Así que, llegando el invierno, no sería de extrañar que Pionyang priorice el transporte de alimentos sobre los lanzamientos de misiles.