Ayer en Bruselas tuvo lugar una multitudinaria manifestación. Más de 45.000 catalanes llenaron las calles de la capital belga, en su mayoría llegados desde Cataluña en autobuses y vehículos particulares. Con el lema 'Europa, ¡despierta! Democracia para Cataluña' pretendían llamar la atención de la UE sobre su situación después de que la declaración unilateral de independencia no haya recibido el apoyo de ninguna institución ni gobierno comunitario, a la par que protestar por la permanencia en prisión de algunos de los líderes civiles y políticos del independentismo.
La manifestación fue convocada por las organizaciones civiles Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) y Ònmiun Cultural, responsables de las grandes manifestaciones de los últimos años en Cataluña, y cuyos líderes, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, permanecen en prisión acusados de los delitos de sedición y rebelión, junto con el exvicepresidente de la 'Generalitat', Oriol Junqueras, y el exconsejero de Interior, Joaquim Forn. Estos últimos son los únicos miembros del Gobierno catalán cesado que siguen privados de libertad después de que el resto de consejeros saliera de la cárcel bajo fianza de 100.000 euros el pasado 4 de diciembre.
Acto de campaña ante las elecciones del 21D
El acto de ayer en la capital europea se enmarca en la campaña electoral para las elecciones autonómicas que se celebrarán en Cataluña en menos de dos semanas, el 21 de diciembre. Tras la declaración de independencia unilateral proclamada el pasado 27 de octubre, el Gobierno de Mariano Rajoy, en virtud del artículo 155 de la Constitución española, cesó al Gobierno catalán, disolvió el Parlamento regional y convocó elecciones anticipadas.
En Bruselas quisieron estar presentes representantes de todas las fuerzas políticas independentistas: Junts per Catalunya, nuevo partido del expresidente Carles Puigdemont, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), liderado por el exvicepresidente Oriol Junqueras, y la CUP, partido minoritario pero clave en la gobernabilidad de la pasada legislatura.
El escenario político actual previo a los comicios es realmente complicado. Puigdemont se encuentra haciendo campaña desde Bélgica -pues sigue pesando sobre él y los cuatro exconsejeros que lo acompañan una orden de detención en España-, aunque consiguiendo una gran presencia mediática a pesar de no conceder entrevistas a medios españoles, pues solo atiende a medios catalanes o internacionales. Mientras, Junqueras se encuentra encarcelado y solo puede defender su candidatura a través de artículos que publica en prensa.
Por su parte, los partidos que se autodenominan constitucionalistas -algunos de ellos partidarios de la convocatoria de un referéndum pactado- se vetan entre sí ante la posibilidad de formar una alianza para gobernar tras las elecciones.
Disputadas elecciones
Las encuestas, publicadas por Europa Press, vaticinan una participación récord en los próximos comicios, que podría superar el 80%. Pero el escenario que dibujan es realmente complicado.
La suma de los independentistas Junts per Catalunya, ERC y CUP (los dos primeros habían participado en una lista unitaria en la anterior legislatura que dio la presidencia a Puigdemont) no alcanzaría los 68 diputados necesarios para formar gobierno. Los Comunes, partidarios del derecho a decidir, no estarían dispuestos a apoyarlos en la senda de unilateralidad marcada hasta la fecha.
En el lado no independentista sucede algo parecido, pues su suma dependería del apoyo de los Comunes, que se niegan a apoyar un Gobierno con Ciudadanos o Partido Popular. El Partido Socialista de Cataluña, uno de los mejor posicionados, no investiría a Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, como presidenta, aunque podría aceptar su apoyo. Pero este apoyo no contaría con la suma de los Comunes.
La complejidad de los resultados de las elecciones podría dar lugar incluso a la repetición de los comicios si los partidos no logran pactar y llegar a acuerdos que faciliten la gobernabilidad. Una posibilidad que los españoles vivieron recientemente con la repetición de las elecciones nacionales en 2016, después de que Mariano Rajoy no consiguiera los apoyos suficientes para gobernar en 2015.
El color amarillo como símbolo
Además de señeras y esteladas (bandera oficial de Cataluña, y bandera con la que se identifican los independentistas catalanes, respectivamente), el símbolo de la manifestación desarrollada en Bruselas fue el amarillo.
Desde que entraran en prisión 'los Jordis' -como se conoce a los líderes de ANC y Òmniun Cultural- los seguidores de la causa independentista comenzaron a llevar un lazo amarillo como símbolo de su solidaridad con los encarcelados, que consideran presos políticos, y de su exigencia de su puesta en libertad. Ayer los pequeños lazos dejaron paso a la mayor visibilidad de las bufandas amarillas.
La elección del color, que en España se relaciona con la solidaridad con los enfermos de espina bífida y sus familias, ha tenido una connotación internacional. En EE.UU. se utiliza como símbolo de espera de los militares que se encuentran en el exterior o incluso secuestrados. Otros países, como Cuba, también lo han utilizado para protestar por el encarcelamiento de lo que consideran presos políticos en EE.UU.