El deterioro en aumento del caserío de Alwine, en el este de Alemania (tierra federal de Brandemburgo), ha llevado a una casa de subastas una aldea, que cuenta aún con 20 pobladores. Todos ellos son personas jubiladas, con excepción de una sola familia, y no van a mudarse a ninguna parte, sino que serían 'heredados' por el nuevo propietario junto con los inmuebles.
El precio de la salida de la propiedad es unos 190.000 dólares (125.000 euros). Un agente inmobiliario afirmó en declaraciones a AFP que por primera vez se subastará "una aldea entera".
Sin embargó, los medios afirman que un empresario ya adquirió Alwine en el 2000 por tan solo un marco alemán (el euro entró en circulación en el país en el 2002). Aquella compra no ha salvado al caserío del abandono y no ha resuelto ninguno de sus problemas.
El alcalde del municipio del que forma parte la aldea supo por los medios de la próxima subasta. No obstante, espera que un inversor venga para "mirar cómo podemos tratar de desarrollar algo aquí, en colaboración con la gente, y no contra ellos".
Vestigio del pasado
La televisión belga RTL dice que Alwine es un símbolo de la República Democrática de Alemania (RDA), es decir, del pasado 'socialista'. Durante la época de la Alemania dividida, el caserío pertenecía a una fábrica de briquetas de carbón, que se cerró un año después de la reunificación, en 1990. Para aquel momento la aldea contaba con unos 50 residentes, pero todos los jóvenes se marcharon acto seguido a las ciudades occidentales.
"Después de la reunificación, mucha gente se fue para buscar trabajo", comentó una experta en demografía, cuyas palabras recoge el canal. "Los empleos [perdidos] nunca han sido reemplazados en Alemania Oriental". El medio destaca que toda la antigua RDA, especialmente el campo, experimentó traumas similares.