Las próximas elecciones en Cataluña son mucho más que unas elecciones autonómicas: en ellas está en juego la crisis territorial más grave que ha sufrido España en toda la historia de su democracia. Los resultados decidirán si el proyecto independentista tiene o no futuro inmediato en Cataluña.
Los independentistas
De un lado, se presentan los partidos que propugnan la independencia de Cataluña, que en esta ocasión no concurren en listas conjuntas, y algunos de sus candidatos se encuentran en situaciones verdaderamente atípicas: Oriol Junqueras, cabeza de lista de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), está en prisión preventiva, acusado de delitos de rebelión, sedición y malversación tras participar en la declaración unilateral de independencia llevada a cabo por el Parlamento catalán el pasado 27 de octubre.
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, lidera ahora la formación Junts per Catalunya, y hace su campaña desde Bruselas, a donde se fue el día 30 de octubre tras ser acusado de los mismos delitos que Junqueras.
Además, la CUP, cuyo objetivo declarado es la ruptura con España, ha decidido presentarse también a estos comicios.
El bloque 'constitucionalista'
El Partido Popular (PP), el Partido Socialista de Cataluña (PSC) y Ciudadanos (C's) conforman el denominado bloque constitucionalista, cuyo objetivo en estos comicios es obtener la mayoría absoluta en el Parlamento catalán y frustrar así el proceso independentista.
Ciudadanos, con Inés Arrimadas al frente, ha ido ganando peso político en los últimos meses, al igual que el PSC de Miquel Iceta, que según las encuestas obtendrá mejores resultados que en las elecciones regionales anteriores. El PP, por su parte, volverá a presentar a su candidato Xavier Albiol.
Polarización política y social
En este contexto marcadamente polarizado entre independentistas y constitucionalistas hay una posición política que no se asimila a ninguna de estas opciones: Catalunya En Comú Podem, la marca catalana de Podemos, que concurre a estos comicios proponiendo a Xavier Domènech como candidato. Esta formación aboga por una solución dialogada, y rechaza tanto la actuación del Gobierno central como la vía unilateral de los independentistas.
En cualquier caso, la fuerza política que se alce con la victoria el próximo día 21 de diciembre no tendrá otra opción que la de hacer alianzas y formar un Gobierno cuyo signo, a día de hoy, es una de las incógnitas más relevantes del panorama político español.