Traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén: ¿Quién gana y quién pierde?

Desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que mudarán su embajada ubicada en Tel Aviv, hubo más enfrentamientos bélicos en la región, protestas en muchos países y reprobaciones de organismos internacionales.

El pasado miércoles 6 de diciembre Donald Trump expresó públicamente que EE.UU. mudará su embajada ubicada en territorio israelí, desde Tel Aviv a Jerusalén, reconociendo a esta histórica ciudad como capital del Estado judío. Las primeras consecuencias no tardaron en llegar: el movimiento palestino islamista Hamás, ubicado en la franja de Gaza, llamó a una tercera intifada o rebelión popular, mientras que Hasán Nasrallah, líder del grupo político y militar Hezbolá, que opera desde el Líbano, donde viven miles de palestinos, se sumó al pedido en un acto multitudinario en las calles de Beirut. Tras la actuación del grupo armado en el conflicto de Siria, ahora promete volver a centrarse en Israel. 

Así las cosas, hubo decenas de manifestaciones en diversos países del mundo repudiando la postura de Trump y, en muchos casos, prendiendo fuego a banderas israelíes. En América Latina, la protesta más considerable —reprimida por la Policía chilena, según imágenes de la cadena iraní Hispan TV— tuvo lugar en Santiago de Chile, donde hay una comunidad considerable de palestinos, incluso cuentan con un club de fútbol que juega en la primera categoría de la liga local: Club Deportivo Palestino.

En tanto, los enfrentamientos en Oriente Medio entre las fuerzas de seguridad israelíes y las milicias o manifestantes palestinos tienen un saldo negativo de cientos de heridos y la cantidad de muertes varía según la fuente; hasta ahora son ocho, informa El Mundo, y todas ellas palestinas. Si algo caracteriza al conflicto israelí-palestino, es la manipulación mediática para contabilizar daños o víctimas fatales. 

Por el lado diplomático, los bofetones para EE.UU. e Israel parecen no terminar: el 13 de diciembre la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), compuesta por 57 naciones, declaró a Jerusalén Este como capital de Palestina. Esto se suma al rechazo de la Unión Europea (UE) hacia el pedido del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que sus países miembros muden sus embajadas a la metrópoli sagrada para judíos, cristianos y musulmanes. 

Considerando estos factores, vale plantear algunos interrogantes: ¿todo esto beneficia a Israel? Al fin y al cabo, con una simple declaración pública, Trump logró desestabilizar la región en pocas horas, realizando un anuncio simbólico que al día de hoy no es seguro que se materialice. Si EE.UU. hubiese mantenido el perfil bajo con esta determinación, es decir, evitando que Trump se exprese al respecto de forma masiva, ¿tendría las mismas consecuencias?

Con esta declaración, ¿hay una advertencia entre líneas para los aliados estadounidenses en la región o esta sería una teoría muy conspirativa para desviar el foco de la causa palestina? ¿Aquella determinación aísla políticamente al país hebreo y deja mejor posicionado a los movimientos antiisraelíes? ¿O, simplemente, Palestina es el gran perdedor de esta disputa geopolítica? Los expertos merecen aclarar el panorama, que parece complicado. 

"Trump deja mal parados a sus aliados" 

Para el sociólogo especializado, Ignacio Rullansky, "la decisión de Trump corta con una trayectoria en la tradición diplomática de los EE.UU. y deja mal parados a sus aliados más importantes en la región". Asimismo, el miembro de la cátedra de Sociología del Medio Oriente en la Universidad de Buenos Aires subraya que "los enfrentamientos entre manifestantes palestinos o el islam político de Gaza y las fuerzas israelíes no tenían un tipo de escalada semejante desde 2014, y ahora es casi una expresión de deseo suponer que no siga creciendo". 

A su vez, el magíster en Asuntos Internacionales por 'The New School' de Nueva York, expresa: "La decisión unilateral norteamericana y la patente falta de tacto en cuanto a lo que respecta a políticas de paz y reconciliación, no hacen más que alejar a los actores que el propio Gobierno estadounidense reconoce como interlocutores: Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP)". Por otro lado, Rullansky considera que "en lugar de avivar la radicalidad del antagonismo entre Hamás y el Gobierno israelí, propiciando una anticipable violencia, debería haberse patrocinado un acuerdo de unidad entre Hamás y la ANP que sirviera para pasar a una etapa superadora y negociar". 

Por otro lado, el becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina no descarta otras consecuencias regionales: "Esta decisión aísla políticamente al Gobierno de Israel del resto de la comunidad internacional pero, eminentemente, del mundo árabe". Asimismo, destaca que "las repercusiones en materia de seguridad internacional no son despreciables considerando que el Estado de Israel y Arabia Saudita vienen afianzando un vínculo bilateral, oficialmente no reconocido".

Sobre ello, destaca que el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Gadi Eizenkot, "le expresó a un periódico saudí que ambos países comparten los mismos intereses e inquietudes", haciendo referencia al conflicto en Siria y al avance iraní —su enemigo en común— sobre aquella nación, y a los fortalecimientos de Bashar al Assad y Hezbolá. Según Rullansky, con la determinación de Trump esta cooperación militar "inédita" entre israelíes y saudíes podría enfriarse. 

Analizando más en detalle el nuevo mapa de Oriente Medio, el experto opina que "EE.UU. vulneró la alianza de dos de sus aliados militares más importantes en la región, opuestos nada menos que al Gobierno iraní, con el que Trump ha decidido también quebrar la recomposición del vínculo que Obama, su antecesor, se esforzó por consagrar". Además, añade que el liderazgo norteamericano podría "erosionar aún más", y que hoy solo mantiene posiciones gracias a la "presencia de sus formidables fuerzas militares en la región y de su peso económico a nivel mundial".

Pero, ¿cómo repercute esto en otros países involucrados, como Siria? Para el entendido, esta clase de actitudes exacerba los antagonismos y enfrentamientos entre las FDI y el Hezbolá en el Líbano y al sur de Siria. Es decir: "EE.UU. está lejos de promover la reconstrucción del Estado sirio, estimular procesos de desarme, reconciliación nacional y, como en el caso palestino-israelí, de constitución y reconocimiento de dos soberanías coexistentes o de un Estado binacional, cualquiera fuera la fórmula de la solución, como fruto de negociaciones de paz". 

"EE.UU. no cuenta ni con una pizca de nuestra confianza" 

El embajador de Palestina en Argentina, Husni Abdel Wahed, recibe a RT en su sede diplomática para mostrar su versión de los hechos: "Hay una violación al derecho internacional y las convenciones de Ginebra, así como las resoluciones de diversos organismos multilaterales. Inclusive al propio Gobierno norteamericano, con la carta de Clinton en 1993 dirigida a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), donde expusieron que no iban a reconocer a Jerusalén como capital del Estado de Israel". 

A su vez, repudia las actuales políticas de expansión del Estado hebreo: "No debe trasladar población civil al territorio ocupado, ni cambiar ese status, pero igual lo reconocen como parte de su territorio. Esto abre la posibilidad de que en un futuro una potencia ocupe el territorio de un país más débil y lo considere propio, y que eso sea reconocido por EE.UU. Puede usarse como antecedente".

Abdel Wahed también cuestiona el rol estadounidense en el altercado internacional: "¿Qué intermediario es EE.UU. si ha dictaminado parte de las negociaciones? ¿Para qué vamos a negociar? Los palestinos siempre supimos que EE.UU. era el protector del Estado de Israel, pero intentamos dar la oportunidad a cualquier intermediario para llegar a una solución pacífica. Sin embargo, EE.UU. está absolutamente incalificado, porque es parcial. No cuenta ni con una pizca de nuestra confianza, hay países más imparciales". 

Para el diplomático, esto perjudica futuras conversaciones con los israelíes ya que "se obvia la ocupación en Jerusalén", y pregunta: "¿Cuál será la condición de los lugares santos cristianos y musulmanes si está en el territorio judío? ¿Serían de segunda o tercera categoría?". Husni continúa lanzando cuestionamientos: "¿Cuál es el rol de Naciones Unidas? Supuestamente fue creada para garantizar la paz y estabilidad del mundo. Es responsable directo de lo que ocurrió en Palestina, en 1947 aprobó la resolución 181 de la partición del territorio. Jerusalén tenía un status especial con administración internacional. Las resoluciones de Naciones Unidas en otros casos se hacen respetar, ¿por qué no en Palestina?". 

"Esto beneficia al fundamentalismo" 

Como parte de su argumentación, el representante palestino destaca que después de 1967 Naciones Unidas también aprobó una resolución donde reconoce que el país hebreo ejerce la ocupación en territorios palestinos. "Luego, Israel hace una anexión, que tampoco fue aceptada en una resolución de 1980", y añade: "Esto termina en 2016 con la declaración 2334, que aprobó el Consejo de Seguridad por unanimidad y tuvo la abstención norteamericana", donde se determinó que Israel ocupa territorios de forma ilegal. El embajador no termina: "En 2004 la corte de la Haya dictaminó que toda la ocupación israelí en territorio palestino, hablamos de Cisjordania, incluyendo Jerusalén oriental, y toda la franja de Gaza —hoy desocupada por colonos israelíes y dominada por el Hamás—, es ilegal. Es decir, todo lo que se hizo desde 1967 a la fecha, es ilícito". 

Asimismo, y a pesar de su condición de diplomático, el vocero palestino en Buenos Aires no repudió la quema de banderas israelíes en otras latitudes: "Eso es violencia, pero la decisión de EE.UU. no. La ocupación, tampoco. La violencia es palestina y casualmente las muertes de esa violencia, son palestinas. No entiendo qué clase de violencia es esta, donde el violento es la víctima", ironiza. Para hacer un balance sobre quién gana y quién pierde con esta determinación anunciada por Donald Trump, destaca: "No sé quién sería el beneficiario de esta determinación, pero sí quién es el perjudicado. No es solo el pueblo palestino, es toda la humanidad, el sistema de Naciones Unidas, el conjunto de normas de convivencia, la comunidad y el derecho internacional, que ha sido violado". 

A su vez, advierte que "si hay beneficiarios, son los extremismos de Trump y Netanyahu", y subraya: "Esto también beneficia al fundamentalismo islámico, porque le está dando un argumento para justificar lo injustificable de sus actos de terrorismo. Todos somos perdedores". Sin embargo, aclara que "hablar de esto es justificar la represión que se viene y desviar la atención del pueblo palestino". 

"Democracia para los judíos y un apartheid para los palestinos" 

"Estamos aferrados a nuestro lugar, no vamos a renunciar a ningún palmo de tierra", apunta. Asimismo, cree que que todo esto es un "salvavidas" para Netanyahu, quien "está siendo acusado de diversos casos de corrupción", y se lamenta: "Por razones de política doméstica se pone en juego el derecho internacional". Según su punto de vista, Trump ya había sido advertido sobre esta decisión por el Pentágono, el Departamento de Estado y diversas agencias de seguridad, pero "el 'lobby' sionista en EE.UU. es muy influyente porque fueron grandes donantes en la campaña republicana". 

Husni no tiene dudas de que la solución al conflicto es establecer el Estado de Palestina, pero sostiene que el país vecino hace políticas para evitar la creación de un Estado continuo geográficamente y viable: "Al día siguiente del comunicado de Trump, Israel anunció la construcción de 14.000 nuevas unidades en los asentamientos del territorio palestino ocupado, 7.000 de ellas en Jerusalén". Y critica, todavía más: "Hoy tenemos un sistema etnocrático, con democracia para los judíos y un apartheid para los palestinos. Optamos por la vía de resistencia pacífica, pero no vamos a admitir vivir como ciudadanos de quinta categoría. No nos creemos mejores, pero tampoco somos peores que nadie".

Para el entrevistado, "de nada sirve el reconocimiento al Estado si su territorio está ocupado". Además, aclara que Palestina no está ocupada por inmigrantes; "son colonos que invaden territorio", y pide "que vuelvan a Israel y luego si quieren migrar a Palestina, bienvenidos". Idealizando en afianzarse como un Estado reconocido por todo el mundo, asegura: "Aceptaríamos a ciudadanos israelíes, argentinos, norteamericanos, franceses, en fin, todos serían recibidos". En ese marco de aparente convivencia, focaliza en el nacionalismo hebreo la causa de todos los males: "Antes de la llegada del sionismo y el mandato británico con su proyecto colonialista, convivían judíos, musulmanes, cristianos y de otros credos, sin ningún problema. En Palestina nacieron las tres religiones monoteístas. Somos un pueblo multiétnico, cultural y multireligioso. Parte de nuestro patrimonio es judío, cristiano y musulmán". 

Pero, ¿es cierto que hay palestinos que prefieren ser ciudadanos israelíes por los proyectos de vida que allí podrían planificar? El diplomático contesta, sin vacilaciones: "Si fuese cierto que hay palestinos apoyando al Estado israelí, ¿quién está en las calles? Es el pueblo palestino. ¿Por qué no nos permiten hacer elecciones? Hace once años que no las hay, por una situación interna, pero tampoco Israel lo permite". Según explica Husni, para que haya comicios en Palestina, el país de la estrella de David debe aprobar el procedimiento. "Es una falacia decir que hay palestinos que prefieren a Israel, ni siquiera ese Estado trató como ciudadanos con derechos plenos a su minoría palestina, que constituye el 20% de su población. Hay  más de 50 leyes discriminatorias contra la población palestina. Los palestinos son masoquistas o estúpidos si quieren ir a ser ciudadanos de quinta categoría", califica.

"Israel es el único lugar de Medio Oriente donde hay libertad total de profesar"

En contra partida, el embajador de Israel en Buenos Aires, Ilan Sztulman, opina que "Jerusalén es la esencia de la democracia", y señala que "todos saben que desde 1967 hasta hoy todas las religiones tienen su lugar y así va a continuar". A su vez, glorifica: "Israel es el único lugar en Medio Oriente donde hay libertad total de profesar".

Al respecto, compara: "Si mirás a Irán, o a Gaza con Hamás o el Líbano con Hezbolá, son lugares que no hay libertad. Al contrario, hay violencia, terror y opresión religiosa". Sztulman puntualiza que "las negociaciones deben ser en la mesa, no con actos terroristas y violencia", y finaliza: "Nada cambia nuestra posición de mantener la libertad en el Estado de Israel".

"La Autoridad Nacional Palestina tiene muchos rasgos de Estado" 

Desde Modi'in, una ciudad israelí a 30 kilómetros de Jerusalén, el periodista argentino Marcelo Kisilevski explica el contexto actual y los momentos de tensión que se viven en el territorio tan disputado. "Jerusalén es la capital de Israel, desde el fin de la guerra de 1949, cuando firma los acuerdos de armisticio que dieron lugar al mapa actual. Es distinto a lo que planteaba la ONU con la partición de 1947, pero digamos que quedó un reconocimiento internacional, incluso por los países árabes y palestinos. Hoy nadie pide volver al '47, sino al '67: Jerusalén occidental en manos de Israel y oriental en manos de los palestinos. Ellos no reclaman todo, más allá de algunas manifestaciones", repasa.  

Asimismo, explica que hoy hay "38 aldeas árabes que rodean a la parte vieja de Jerusalén", y añade que la ciudad cuenta con "800.000 habitantes compuesta por tres grandes comunidades: árabe-palestina, judía religiosa y judía laica". Según este reportero sudamericano, "los palestinos tienen un 'status quo', a diferencia de los ciudadanos árabes israelíes, que son ciudadanos plenos; tienen derecho a votar y a ser votados", y añade: "En cambio, los palestinos en los territorios son residentes permanentes. Pueden votar en elecciones municipales, tener bancas propias, podrían ser elegidos como alcalde. Pero no participan por una decisión política de ellos". Sin embargo, añade que "no pueden votar en las presidenciales" porque "son ciudadanos de Jerusalén, pero no del Estado de Israel", y suma: "En la ciudad reciben los servicios municipales, como educación, barrido, limpieza y arreglado de calles".

Además, resalta que "hoy la Autoridad Nacional Palestina tiene muchos rasgos de Estado: doble Policía, un Ejército de infantería, Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pasaportes y reconocimiento internacional por más de 100 países".  Por otro lado, Marcelo subraya que "en Jerusalén hay árabes y judíos conviviendo juntos", y puntualiza: "Tienen empleo, incluso cargos jerárquicos en hotelería y llegan a ser gerentes. Hay iniciativas para hacer actividades conjuntas. Hay un club del juego 'Backgammon', muy popular entre judíos y árabes, para conocerse".

"Hay una baja en el terrorismo"

Según explica el periodista, además de los disturbios en Jerusalén, también hay conflictos en ciudades de la ANP, "pero están en tendencia a la baja". Al respecto, señala que "Hamás no logra hacer salir a la calle a la gente de Cisjordania y esto tiene que ver con un proceso que empieza desde la muerte de Arafat en 2004".

Sobre ello, profundiza: "Hay un cambio de paradigma. Por un lado está el discurso de liberación y la cuestión diplomática, pero a nivel práctico, hay una baja en el terrorismo, comparado con los ataques suicidas de diez años atrás. La última cuchillada en Jerusalén, al lado de eso, es un juego de niños". El entrevistado resalta que aunque se hizo una reja separadora entre ambas naciones —la palestina y la israelí —, esta no se terminó de construir y no alcanzaría para explicar la disminución de los ataques.

"El primer punto es la estrecha cooperación en seguridad entre las fuerzas de Palestina, su servicio secreto y la Policía, con el Ejército israelí. La segunda razón tiene que ver con la baja del consenso palestino de las intifadas y el terrorismo, porque tras la muerte de Arafat hay un aumento en la economía palestina y su calidad de vida en Cisjordania. En Gaza, la historia es otra: desde el 2007 domina el Hamás y ahí sabemos menos, sobre a qué está dispuesto el pueblo palestino. Veremos si el Hamás le sigue echando la culpa de todos sus problemas al enemigo externo, que es Israel", dice Kisilevski.

"No creo que Trump vea cinco jugadas adelante en el ajedrez, verá una o dos. La medida se debe a su fracaso en el ámbito interno, de no haber logrado cumplir ninguna de sus promesas electorales y el peligro del 'impeachment' por el supuesto involucramiento con los rusos. Lo que le queda a Trump como injerencia en el Medio Oriente es el conflicto israelí-palestino, por medio de una medida que haga ruido. Como diciendo, no me fui, acá estoy", opina.

A su vez, recuerda que "Obama como mediador no hacía  todo en favor de Israel, aunque fue uno de los presidentes que más fondos dedicó a su defensa". Y suma: "También tenía varias declaraciones en favor de los palestinos". Además, considera que "gracias al no veto de Obama, Israel no cumple la ley internacional en Cisjordania", con los territorios ocupados.

"Israel gana con esta decisión"

El reportero resalta que "mudar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén no lo inventó Trump"; se corresponde a una ley sancionada en Estado Unidos allá por 1995. Sin embargo, todos los mandatarios firmaban postergaciones semestrales para evitar concretar el traslado. "Con este anuncio, el presidente no deja de firmar esa prórroga", subraya el entendido, y suma que "hasta que se logre mudar la sede diplomática, puede llevar tres o cuatro años". También destaca que, aunque se pueda comenzar con la mudanza en unos meses, el líder republicano "firmó la prórroga igual".

"Es decir, ahora no pasa absolutamente nada. Es como si hubiera sido una especie de acto dramático teatral de Trump, que en los hechos no significa nada. Es muy simbólico. Los israelíes lo ven como completar la conformación independiente del Estado con Jerusalén como su capital", considera Marcelo.

"¿Por qué ahora se arma el lío? ¿Por qué dicen que se pone fin al proceso de paz? ¿Cuál proceso de paz? No lo había", remarca. Entonces, concluye que "esta determinación es una excusa para polarizar más las posiciones", y agrega: "Los operativos israelíes en Gaza venden más para los movimientos antisraelíes".

Por último, el analista manifiesta que "Israel gana con esta decisión, en un sentido amplio, pero el anuncio de Trump es tanto correcto, como problemático". Y señala: "Una vida que se pierde, porque un tipo en Estado Unidos dijo una cosa, ya es un precio muy caro. Si los palestinos toman esto como una arena donde competir por la opinión pública palestina, para ver quién se opone más a la declaración de Trump, puede ser un problema. Entonces, con esto se beneficia a la derecha israelí y al Hamás". Para finalizar la entrevista, puntualiza: "Puede que todo sea más imprevisible ahora, al menos por un tiempo".

Mientras tanto, el líder de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, rompió las relaciones diplomáticas y dejó de reconocer a EE.UU. como mediador en el conflicto. Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que planea abrir su embajada en Jerusalén Este y reconocer a la ciudad como capital Palestina. Asimismo, el Consejo de Seguridad de la ONU debatió este 18 de diciembre si desestimaba la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital israelí. Sin embargo, EE.UU. vetó la resolución del organismo en su rol de miembro permanente y la declaración quedó sin efecto. Así las cosas, la definición a la disputa territorial, política y bélica parece alejarse cada día más. 

Leandro Lutzky