¿Llega a su fin la incógnita de las misteriosas señales espaciales?
Tras años de incertidumbre que han generado toda clase de hipótesis y hasta mitos, un grupo de investigadores internacionales parece haber descubierto la fuente de una de las ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés) más conocidas, llamada FRB 121102. El misterioso fenómeno consiste en intensas explosiones de energía de radio en el espacio, que duran apenas unos milisegundos y fueron detectadas por primera vez en 2007.
De acuerdo con el portal Space, los especialistas llegaron a la conclusión de que esas ráfagas podrían provenir de una estrella de neutrones ubicada cerca de un campo magnético extraordinariamente poderoso. El estudio correspondiente fue publicado en la revista Nature.
Debido a que estas ráfagas son aleatorias y extremadamente breves, es muy difícil precisar su origen. Se han detectado cerca de 24 fuentes de este fenómeno, pero solo una, la conocida como FRB 121102, se repite. Desde su descubrimiento en 2012, se han registrado más de 200 explosiones procedentes de FRB 121102.
El equipo decidió analizar FRB 121102 con ayuda del radiotelescopio Arecibo –ubicado en Puerto Rico– y el telescopio Green Bank –en West Virginia, EE.UU.–. para entender si esta fuente de ráfagas rápidas de radio es fundamentalmente diferente de otras que no se repiten.
De acuerdo con Jason Hessels, coautor del estudio, FRB 121102 se encuentra en el área de formación estelar de una galaxia enana ubicada a unos 3.000 millones de años luz de la Tierra. Los astrónomos sostienen que la cantidad de energía presente en un milisegundo de cada una de estas ráfagas debe ser aproximadamente la misma que el Sol libera en un día completo.
Los científicos centraron su estudio en la polarización de las ráfagas y señalan que estas son breves y fuertemente polarizadas, similares a las emisiones de radio de jóvenes estrellas de neutrones observadas en la Vía Láctea. Cuando las ondas de radio atraviesan un plasma magnetizado o una nube de partículas cargadas eléctricamente, la dirección en la que están polarizadas puede retorcerse, en un efecto conocido como rotación de Faraday.
En este sentido, los autores del estudio encontraron que las ráfagas de radio procedentes de FRB 121102 eran más de 500 veces más retorcidas que las de cualquier otro FRB descubierto hasta la fecha. Este hallazgo sugiere que en esa fuente en particular las ráfagas pasan a través de un plasma extraordinariamente caliente, con un campo magnético extremadamente fuerte. Según los investigadores, plasmas así podrían existir cerca de un gigantesco agujero negro o de los restos de una supernova.