Las actuales tendencias rusofóbicas "realmente no tienen precedentes. Esto no sucedía durante la Guerra Fría", cuando EE.UU. y la URSS tenían diferencias ideológicas, ha afirmado el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una entrevista concedida al periódico ruso Kommersant.
"Entonces había una estabilidad negativa de los dos bloques rígidos, dos sistemas mundiales: socialista e imperialista", recuerda el canciller ruso. "Actualmente, no hay ninguna diferencia ideológica. Todos tienen la economía de mercado, la democracia [...] Sin embargo, incluso en ausencia de las diferencias ideológicas existe la competencia, lo que es absolutamente normal. Pero la competencia debe ser justa", insistió Lavrov.
Una campaña encargada contra Moscú
En cambio, se ha puesto en marcha una campaña antirrusa que afecta tanto al tema de la participación de los atletas rusos en los JJ.OO. como las relaciones de Mocsú con los socios internacionales, ha observado.
"Si mal no recuerdo, McLaren en su informe [de la comisión investigadora de la Agencia Mundial Antidopaje] anunció que no existen pruebas, que ellos no saben cómo se hizo, pero sí saben cómo hubiéramos podido hacerlo", ha recordado Lavrov en referencia al escándalo de dopaje atribuido a Rusia.
"Ningún tribunal normal en ningún país podrá aceptar tales acusaciones. No obstante, sobre la base de estas afirmaciones bastante 'exóticas' se toma la decisión de apartar al país de la participación en los JJ.OO.", ha denunciado el ministro.
Las sanciones occidentales contra Rusia son inútiles
Los intentos de cambiar la política exterior de Rusia ejerciendo presión sobre las élites y compañías individuales no tienen futuro, ha sostenido Lavrov.
"Creemos que las sanciones son absolutamente infundadas en cuanto a sus causas. Y en cuanto a sus objetivos, para los que están diseñadas, tampoco tienen sentido: porque durante los años de la aplicación de estas sanciones sus autores ya podrían asegurarse de que las mismas no podrán cambiar la política honesta, abierta y constructiva de Rusia", ha observado Lavrov.
Las 'líneas rojas' de la política rusa
Lavrov ha indicado que hasta durante la Guerra Fría, la carrera armamentística se llevó a cabo en el marco de una geopolítica adoptada por ambas partes, "había una línea condicional: la OTAN-el Pacto de Varsovia". Y ahora, el avance de la OTAN hacia el Este no está regulado por ninguna norma. "No existe una raya que sea una 'línea roja'", ha observado el ministro ruso.
En lo que se refiere a Rusia, la frontera nacional puede considerarse una 'línea roja' solo si no se tienen en cuenta los intereses de Rusia en la región, en la zona euroatlántica.
"Tenemos intereses legítimos, rusos que de repente se encontraron en suelo extranjero, cuando la URSS se derrumbó. Tenemos relaciones culturales e históricas, estrechos vínculos personales y familiares con nuestros vecinos", ha sostenido Lavrov.
Asimismo, ha subrayado que "los políticos serios en Europa entienden que estas 'líneas rojas' deben ser respetadas, como se respetaban durante la Guerra Fría".
Rusia está abierta al diálogo
Las propuestas rusas para la normalización de las relaciones con EE.UU. siguen vigentes, ha asegurado el canciller ruso. Al mismo tiempo, en Rusia se entiende muy bien que "existe una combinación de toda una serie de factores que causan una agresividad sin precedentes por parte del 'establishment' estadounidense", indicó.
Entre estos factores están "la derrota de los demócratas en las presidenciales del 2016, la falta del carácter sistemático [de política] de Donald Trump, que incluso repele a sus copartidarios republicanos, así como la pérdida gradual de las posiciones de liderazgo por parte de EE.UU. en la arena mundial", ha explicado el canciller ruso.
En busca de los culpables
Para Rusia superar el impacto negativo de los factores arriba mencionados con el objetivo de mejorar las relaciones con Washington es difícil, porque la derrota de los demócratas y la llegada de Trump a la Casa Blanca están siendo asociadas con la supuesta injerencia de Moscú, ha continuado Lavrov. Con ello, el canciller ruso ha subrayado que tales sospechas son absolutamente infundadas.
"Hubo contactos del embajador de Rusia en EE.UU. [Serguéi Kisliak, quien ya no ostenta ese cargo] con el asesor del presidente Donald Trump en seguridad nacional, Michael Flynn. Esto es perfectamente normal y no debe causar tales reacciones, especialmente en comparación con lo que los diplomáticos estadounidenses están haciendo en Rusia", señaló.
En lo que se refiere a las acusaciones sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones en varios países, se utilizan para una propaganda "tonta", ha afirmado Lavrov.
"El votante, como se suele decir, se adentra en las consignas muy simples de la CNN: 'Rusia ha intervenido una vez más…'", dijo Lavrov. "Si esto se repite mil veces, se queda ya en algún lugar de la cabeza", agregó.
Trump se ve obligado a tomar decisiones contra Rusia
La actual postura de EE.UU. hacia Rusia obliga al presidente Trump a tomar decisiones antirrusas bajo presión de sus oponentes políticos internos, pero la experiencia de las reuniones cara a cara muestra que el líder estadounidense no renuncia a sus promesas electorales de mejorar las relaciones con Moscú, ha indicado el canciller ruso.
"Probablemente, tenemos que comprender que en condiciones cuando se adoptan unos proyectos de ley por mayoría de votos (95%), el presidente ya no piensa en la esencia de esta ley, cuanto tiene que ver con la realidad, legitimidad y honestidad, sino que piensa que de todos modos su veto será superado", ha supuesto Lavrov.
EE.UU. ha sacado a Turquía de sus casillas
La semana pasada, el presidente Trump anunció que su país abandonaría el Plan de Acción Conjunto y Completo (acuerdo sobre el programa nuclear iraní, suscrito el 14 de julio de 2015), a menos que fuera enmendado. El canciller ruso opina que este fracaso del PACC, así como de otros acuerdos internacionales, conducirá a un desorden en los asuntos mundiales.
"Si se destruye el tejido de los acuerdos legales, acordados entre los países líderes en este u otro conflicto, entonces habrá un batiburrillo, cada uno por su cuenta. Será muy triste", ha subrayado el ministro.
"Muchos analistas políticos nos preguntan por qué nos preocupamos [por el posible fracaso del PACC] y dicen que cuanto peor es mejor: qué de este modo EE.UU. demuestre su incapacidad para negociar, su papel destructivo en los asuntos mundiales, ya sea Irán o Siria, donde también se están tomando medidas unilaterales que ya han enfurecido a Turquía", ha indicado Lavrov.
"El mayor problema ahora, hablando de manera sistemática, es la capacidad para negociar", ha concluido el ministro de Exteriores ruso.