El temblor, de magnitud 5,5, se ha registrado a las 15:30 (hora local) en el estado de Oaxaca, la misma zona donde se produjo el potente sismo de este viernes, informa el Servicio Sismologico Nacional de México (SSN).
El epicentro de la réplica se ha ubicado a 26 kilómetros al suroeste de Pinotepa Nacional. El hipocentro del temblor se ha localizado a solo 10 kilómetros de profundidad.
Este sismo, en los 11 minutos posteriores, fue seguido por otras dos réplicas de magnitud 4,2 y 5,3. El hipocentro de la primera se ubicó en la profundidad de 16 kilómetros, y a 11 kilómetros la segunda.
Mientras que el sismo inicial de este viernes alcanzó 7,2 de magnitud, la réplica más fuerte ha sido de 5,9. En un lapso de 10 horas después del terremoto se han registrado casi 400 réplicas.
El terremoto de 7,2 causó varios daños a edificaciones en el estado de Oaxaca, que es una de las zonas con mayor incidencia de sismos en el país.
Según los expertos del SSN, el terremoto no causó muchos daños materiales, aunque fue 1,5 más fuerte que el sismo de 7,1 del 19 de septiembre, que dejó 369 muertos y grandes daños materiales en toda la nación, ya que la distancia entre su epicentro y las zonas donde se sintió fue mucho más grande.
En el SSN también explican que "la diferencia entre cada unidad de magnitud de los sismos es 32 veces la fuerza con que se sienten". Por ejemplo, un sismo de magnitud 7 puede ser 32 veces mayor que el de magnitud 6, afirman los científicos.
Por ello la escala de destrucción defiere tanto y ya no tiene mucho sentido centrarse en grados o escalas como la de Richter.
¿Cuál es la razón del potente sismo de 7,2 y sus muchas réplicas?
En el estado de Oaxaca se registra el 25% del total de los temblores que ocurren en México, lo que la convierte en la región más sísmica del país, informa del Servicio Sismológico Nacional.
La causa de estos sismos es el desplazamiento convergente entre la placa de Cocos y la placa de Norteamérica: la primera se introduce por debajo de la segunda a un ritmo de 60 milímetros al año.
El terremoto del 16 de febrero alcanzó una elevada magnitud de 7,2: con esta tasa es habitual que se produzcan múltiples réplicas posteriormente, ya que las rocas que se hallan junto a la zona de ruptura tienden a reacomodarse otra vez, generando una ola de temblores posteriores o réplicas.
En el caso del terremoto en cuestión, numerosas réplicas siguen registrándose dos días después del sismo inicial, según se desprende de los datos del SSN. Para las 10:30 (hora local) de este 18 de febrero se han documentado 1.525 réplicas, alcanzando la mayor de ellas una magnitud de 5,9.