México: Tiroteo en la UNAM por una riña entre narcomenudistas

En días recientes, la Ciudad de México ha padecido los ambages de integrantes de las bandas del crimen organizado. Así lo reveló el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) del país, quien detalló que solo en enero de este año se iniciaron 355 carpetas de investigación por los delitos de narcomenudeo.

Además de este flagelo, en la capital del país azteca se han contabilizado 114 homicidios, 101 casos de abusos sexuales, 857 lesiones, 4 feminicidios, 9.037 robos, 77 delitos que atentan contra la libertad personal, así como 6 casos de corrupción de menores y 2 más catalogados como trata de personas. 

Esta numeralia se suma a los recientes acontecimientos que se suscitaron la tarde del fin de semana pasado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la que dos sujetos —presumiblemente narcomenudistas— fallecieron en un tiroteo tras escenificar una riña en Ciudad Universitaria.

La respuesta de la Universidad

Un comunicado emitido por el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, recalcó a los estudiantes de esta institución "que se alejen de aquellos que distribuyen sustancias nocivas para su salud; que entiendan que ellos viven mundos ajenos a los nuestros, que no son sus amigos y que representan relaciones de peligro e inseguridad".

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También exigió que se lleve a fondo una exhaustiva investigación que conduzca al esclarecimiento de los actos de violencia por los que la UNAM se ha visto acosada en las últimas semanas y pidió que se detenga a los responsables.

"Continuaremos actuando con estricto apego a la legalidad, cuidando de la seguridad de nuestras instalaciones, mejorando nuestra capacidad de disuasión y vigilancia, denunciando a los delincuentes y evitando, hasta donde sea posible, el ingreso de aquella violencia que pudiera acarrear más violencia", agregó el rector.

Además, Graue Wiechers expuso que haber ignorado la inseguridad y el narcomenudeo no era una opción y solicitar su desalojo por las fuerzas policiales representa un riesgo de violencia armada en donde pueden salir lesionados inocentes y no por ello se podría garantizar la ausencia permanente de los narcomenudistas. "Vivir constantemente en un estado de vigilancia armada nunca fue, ni será, una opción a considerarse", subrayó.