El presidente estadounidense, Donald Trump, ha nombrado este martes a Gina Haspel como nueva directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en sustitución de Mike Pompeo, recién investido secretario de Estado tras la destitución de Rex Tillerson.
Haspel, de 61 años, que ocupaba hasta ahora el cargo de subdirectora de la CIA, ha desarrollado la mayor parte de su carrera al servicio de la Inteligencia estadounidense trabajando como agente encubierto, y llegó a ocupar un lugar central en la puesta en marcha en EE.UU. del programa extrajudicial desplegado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Bajo la Administración Bush, ese programa implicó el encarcelamiento e interrogatorio a sospechosos de terrorismo en diferentes países del mundo.
La sombra de las torturas
'Gina Doe', como solía figurar Haspel en los documentos de la CIA, ordenó en 2005 la destrucción de un centenar de cintas de video de torturas practicadas por la agencia, y dirigió en Tailandia una de las cárceles secretas creadas tras los atentados del 11-S. En este centro penitenciario clandestino se practicaron torturas durante los interrogatorios de supuestos terroristas de Al Qaeda.
Una investigación del Senado llegó a desvelar que Haspel estuvo presente en al menos dos interrogatorios en los que se utilizaron métodos de tortura: el de los presuntos miembros de Al Qaeda Abu Zubaydah y Abd al Rahim al Nashiri. Documentos revelados posteriormente destacan que a Zubaydah se le sometió 83 veces a la técnica del 'ahogamiento simulado'.
En 2013, Haspel fue nombrada jefa del Servicio Clandestino Nacional de la CIA, aunque fue reemplazada a las pocas semanas tras conocerse su implicación en los citados interrogatorios.
"Una amiga de confianza"
En febrero de 2017, fue designada subdirectora de la CIA por Trump, siendo también en aquel momento la primera mujer en ocupar ese cargo. El nombramiento tenía lugar pocos meses después de la campaña electoral del entonces candidato republicano, durante la cual expresó su deseo de restaurar la práctica de torturas a supuestos terroristas del Estado Islámico, abolida durante la Administración Obama.
Con ocasión de su nombramiento como subdirectora, el entonces director de la CIA, Mike Pompeo, subrayó que Haspel es "una líder probada con una extraordinaria habilidad para hacer las cosas e inspirar a quienes la rodean". Por su parte, Michael Hayden, también exdirector de la agencia, se refirió a ella como "una amiga de confianza, teniente y guía en los pasillos a veces opacos del espionaje estadounidense".