Trump acelera su plan anti opioide con pena de muerte incluida para los distribuidores
La administración del presidente estadounidense, Donald Trump, está finalizando la elaboración de un plan largamente anunciado que pretende resolver la crisis de opiáceos, y que también exige medidas policiales -como la pena de muerte para algunos traficantes de drogas- que preocupan a los defensores de la salud pública y a los republicanos en el Congreso, informa Politico.
De acuerdo con el diario, el ambicioso plan podría anunciarse tan pronto como el lunes, cuando Trump visite New Hampshire, un estado duramente golpeado por la epidemia del abuso de opiáceos. La iniciativa, por su parte, propone cambiar la forma en que el gobierno paga las recetas de opiáceos, para así limitar el acceso a analgésicos potentes. También crearía un nuevo grupo de trabajo del Departamento de Justicia, que supervisaría más agresivamente las ventas por Internet.
Esta propuesta concreta de la Casa Blanca para abordar los opiáceos ha estado precedida por quejas de los funcionarios de salud estatales y de sectores alarmados por el problema, quienes reclaman que Trump avanza demasiado lentamente en combatir la epidemia, a pesar de que en su campaña electoral prometió eliminar la crisis que afecta a todo el país.
El plan, por otra parte, podría costar miles de millones de dólares más de lo que Trump presupuestó, y probablemente mucho más que cualquier paquete de financiamiento que el Congreso apruebe, lo que genera dudas sobre cuándo realmente podrá ponerse en práctica.
Mientras tanto, el entusiasmo de Trump por establecer la pena de muerte para algunos traficantes de drogas también ha alarmado a los defensores de los derechos humanos, que dicen que la idea ha sido ineficaz cuando se ha intentado en otros países y que resucitaría la fallida guerra de la nación contra las drogas.