Pekín no dudará en tomar nuevas medidas si Washington decide imponer una nueva ronda de aranceles contra los productos chinos, según lo ha anunciado el embajador de China en EE.UU., Cui Tiankai, que ha prometido una respuesta rápida y proporcional.
El embajador ha aclarado que las nuevas tarifas impuestas a 128 productos estadounidenses son una respuesta solo al aumento de los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio introducido por EE.UU. bajo la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, pero no al aumento planificado de los aranceles sobre otras importaciones chinas ordenado por el presidente Donald Trump bajo la sección 301.
"Si lo hacen, ciertamente tomaremos contramedidas de la misma proporción y la misma escala, la misma intensidad", ha advertido Cui Tiankai, citado por la Cadena Global de Televisión de China.
"No se trata de quién obtendrá la supremacía"
Por otro lado, el enviado chino ha rechazado las acusaciones estadounidenses sobre el robo masivo de propiedad intelectual, enfatizando que Pekín viene fortaleciendo sus esfuerzos y su sistema legal para evitarlo y que siempre está listo para "revisar casos específicos si hay una violación de los derechos de propiedad intelectual".
"La verdadera pregunta", según Cui Tiankai, es "cómo podemos hacer para que toda la tecnología beneficie a la mayor cantidad de gente posible" y a todas las economías, para que haya "una vida mejor para todos". "No se trata de quién obtendrá la supremacía", ha enfatizado el embajador.
- A finales de marzo, el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó un memorando que impone nuevos aranceles a China por valor de hasta 60.000 millones de dólares anuales. La medida fue adoptada en un intento de reducir el enorme déficit comercial de Washington con la segunda economía del mundo, que en el año 2017 alcanzó los 375.000 millones de dólares.
- Por su parte, Pekín introdujo aranceles de entre el 15% y el 25% para 128 mercancías importadas de EE.UU.
- China argumenta que se trata de "medidas legítimas adoptadas para seguir las reglas de la OMC y salvaguardar sus intereses". Además, asevera que "no desea una guerra comercial" con Washington, aunque "no se retirará si se desata".