Este país puede convertirse en el próximo califato del Estado Islámico
Cada vez son más los indicios que apuntan a una presencia cada vez mayor en Filipinas del Estado Islámico (EI) o de organizaciones relacionadas con la milicia liderada por Abu Bakr al Baghdadi, que intentarían renovar allí su insurgencia armada.
Durante el primer mandato de Barack Obama (2009-2012), la campaña de ataques de EE.UU. en países de Oriente Medio se extendió al Sudeste Asiático, donde se lanzaron operaciones contra los grupos terroristas en Filipinas mediante el uso de aviones no tripulados, lo que fue utilizado por el EI para ampliar el número de efectivos entre sus filas en el país asiático. Estas acciones militares de Obama formaban parte del programa Operación Libertad Duradera Filipinas, lanzado en 2001 tras los ataques del 11-S y que duró hasta 2014, siendo la mayor maniobra antiterrorista llevada a cabo en el Pacífico por parte del país norteamericano.
Duterte se aleja de Estados Unidos
Rodrigo Duterte, que preside el país asiático desde 2016, ha expresado en distintas ocasiones que no necesita el apoyo de Washington, en aras de un mayor acercamiento tanto a Rusia como a China. Sin embargo, pese a la intención de Duterte de alejarse de la influencia estadounidense, EE.UU. sigue manteniendo un estrecho vínculo con el Ejército de Filipinas, como lo evidencia la reciente entrega de seis aviones no tripulados modelo ScanEagle Boeing Insitu (valorados en trece millones de dólares) a las fuerzas armadas de Filipinas por parte de la Administración Trump.
El pasado mes de marzo, el mandatario filipino aseguró que no permitirá que EE.UU. arrastre a su nación a ninguna guerra, a menos que exista una amenaza directa contra Filipinas, y recalcó que su país no ha recibido nada de EE.UU. "durante todos estos años de sacrificio", salvo "brutalidad y agonía". Duterte incluso llegó a poner sobre la mesa la posibilidad de armar a civiles con "armas de gran potencia" para combatir el radicalismo en su país, de modo que no tengan que depender del ejército estadounidense en ningún caso.
EE.UU., tras las huellas del EI en Filipinas
Sea como fuere, la relación entre ambos países parece mantenerse a medida que pasa el tiempo. "Los gobiernos de Filipinas y de Estados Unidos se mantienen firmes en su alianza y se comprometen a contrarrestar la radicalización y el extremismo violento en Filipilinas y en el Sudeste Asiático", dijo el pasado mes diciembre Christopher Logan, portavoz del Pentágono, según el 'Military Times'.
En el periodo 2010-2018, EE.UU. asegura haber gastado más de 1.000 millones de dólares en asistencia exterior a Filipinas, incluidos más de 85 millones de dólares en equipamiento, entrenamiento y apoyo a las autoridades locales.
Todo parece indicar que EE.UU. tiene la intención de intervenir de nuevo en el país asiático, dada la creciente presencia del EI en su territorio. Prueba de ello es que el Departamento de Estado de EE.UU. incluyó el pasado febrero al Estado Islámico de Filipinas, que se compone de un total de 23 grupos armados, en la lista de terroristas señalados.
El grupo terrorista Combatientes de la Libertad Islámica Bangsamoro, que juró lealtad al EI, perpetró el pasado marzo un ataque contra las Fuerzas Armadas de Filipinas en la isla de Mindanao, dejando al menos 44 muertos en las filas del Ejército.
El porqué de la nueva amenaza de califato
Algunas fuentes indican que, a medida que los milicianos del EI han sido expulsados de su califato en Siria e Irak, están llegando e instalándose en Filipinas. De hecho, a finales del febrero un grupo de oficiales del Ejército advirtió que el EI había reunido alrededor de 200 combatientes en Mindanao, donde pretenden instaurar un nuevo califato para dominar Filipinas.
Se calcula que al menos 1.200 personas de la región del Sudeste Asiático se han unido a las filas del EI, entre ellos unos 200 filipinos, aproximadamente.
Según WikiLeaks, Filipinas tiene un control fronterizo "débil", especialmente en la mencionada zona sureña de Mindanao, razón por la cual "los delincuentes y las personas que financian el terrorismo van y vienen con impunidad". Asimismo, informó que los funcionarios filipinos están preocupados por la financiación de empresarios saudíes a los grupos terroristas que actúan en Filipinas, como la organización Abu Sayyaf.
Por todo ello, tanto desde un punto de vista económico como geopolítico, el Estado Islámico podría establecer su nuevo califato en Filipinas, dadas las condiciones propicias que Estados Unidos ha estado creando durante las últimas dos décadas, en forma tanto de ayuda militar al país, como de apoyo no reconocido a las milicias armadas sobre el terreno en Siria e Irak.