El representante de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, considera que el "falso" ataque en la ciudad siria de Duma es un intento de desviar la atención del caso Skripal.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió este lunes a petición de Rusia, EE.UU. y varios países occidentales para tratar el supuesto ataque químico en la ciudad de Duma en Guta Oriental (Siria), luego de que un grupo rebelde sirio acusara el pasado sábado a Damasco de haber arrojado una bomba de barril con químicos venenosos sobre civiles.
El "falso" ataque del pasado sábado en Duma tiene como objetivo, "entre otras cosas, desviar la atención pública de la comedia sobre el caso Skripal en la que Londres se ha enredado, arrojando acusaciones injustificadas contra Rusia", dijo Nebenzia.
"Los británicos se está alejando de una investigación transparente y de las respuestas a las preguntas planteadas, y por el camino van borrando las huellas", agregó el diplomático.
Sin rastros del supuesto ataque químico
Con respecto al supuesto ataque químico en la ciudad siria de Duma, Nebenzia ha subrayado que el hecho no está confirmado.
"Después de la liberación de Duma de los militantes, a los especialistas rusos de protección biológica, radiológica y química llegaron allí para la recopilación de datos. Tomaron muestras de suelo, que no mostraron la presencia de ningún compuesto nervioso y de cloro, también entrevistaron a los residentes locales y a los exmilitantes que dejaron de luchar", ha explicado Nebenzia.
"Ninguno de los (residentes) locales confirmó el hecho de un ataque químico. El hospital local no ha ingresado a ningún paciente con síntomas de envenenamiento con sustancias tóxicas como sarín y cloro. En Duma no hay otras instalaciones médicas. No encontraron ningún cuerpo de víctimas afectadas, los (residentes) locales no tienen información sobre posibles lugares donde fueron enterradas. De este modo, el hecho del uso de sarín o cloro en Duma no está confirmado", agregó el representante ruso ante la ONU.
Además ha declarado que Moscú está "profundamente alarmada" por el hecho de que varios países, como EE.UU., el Reino Unido y Francia, "hayan deliberadamente establecido rumbo hacia una escalada de tensiones en la arena internacional". Estas naciones usan el chantaje, la difamación, las sanciones y la amenaza de uso de fuerza contra un Estado soberano, ha indicado Nebenzia.
Algo huele muy mal
Al respecto, el profesor de relaciones internacionales Jaume Castan Pinos subraya que estas "conjeturas y rumores" se dieron luego de que el presidente estadounidense Donald Trump expresara su intención de abandonar Siria, posición que los círculos políticos de Washington intentaron y lograron revertir. "Estos son hechos", acota el analista.
"El 7 de abril, el Ejército sirio estaba venciendo a los terroristas [...] ¿A quién en su sano juicio le cabe que, en este contexto, el Ejército sirio haga una acción que sea el único pretexto por el cual pueden perder una guerra que llevan luchando desde hace siete años? ¿Cómo puede ser que tiren al traste esta victoria militar por un ataque químico? Hay algo aquí que huele muy mal", asevera Castan Pinos.
El 4 de marzo de 2018, Serguéi Skripal, exagente de inteligencia de origen ruso, y su hija Yulia fueron envenenados con un agente nervioso en Salisbury (Reino Unido), un hecho que Londres atribuyó a Moscú sin presentar pruebas.
Rusia rechazó las acusaciones y solicitó acceso a la investigación, pero el Gobierno británico no ha permitido la cooperación rusa y no ha proporcionado a Moscú muestras de la sustancia utilizada.
El caso ha desatado una crisis diplomática entre el Reino Unido y Rusia que ha desembocado en la expulsión de decenas de diplomáticos rusos de más de una veintena de países aliados de los británicos.
Entretanto, los científicos del laboratorio británico de Porton Down no han podido identificar en qué país se produjo el agente nervioso con el que fueron intoxicadas esas dos personas.