Este sábado, durante la VIII Cumbre de las Américas, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, respondió al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, diciendo que es antidemocrático atacar a Venezuela y al presidente Nicolás Maduro cuando ha sido excluido de la cumbre.
"Es nada democrático atacar a Venezuela y mencionar al presidente Nicolás Maduro cuando ha sido excluido y no está aquí para responderle", dijo Rodríguez.
Poco antes durante su intervención, Pence atacó a los Gobiernos de Cuba y Venezuela, calificándolos de "tiranos". Además dijo que en la actualidad el país sudamericano "es un Estado fallido", y que EE.UU. "no se quedará de brazos cruzados" mientras la República Bolivariana se desmorona. Asimismo señaló que tanto su país como los demás de la región deben hacer más para aislar a Maduro.
No obstante, cuando el canciller cubano comenzó su intervención para responder al vicepresidente estadounidense, la delegación de la nación norteamericana abandonó la sala. "Rechazo las referencias insultantes a Cuba y a Venezuela y la actitud humillante para la América Latina y el Caribe que ha asumido. El vacío moral del Gobierno de EE.UU. no puede ser, no es una referencia" para Latinoamérica, replicó Rodríguez.
"Las más crueles dictaduras militares de Latinoamérica recibieron apoyo de EE.UU."
Washington "en los últimos 100 años carga con la responsabilidad por los abusos más brutales contra los derechos y la dignidad humana", añadió, recordando que "todos los gobiernos despóticos de la región", incluidas "las más crueles dictaduras militares", "han sido impuestos o han recibido apoyo" de Estados Unidos.
El país norteamericano "ha sido el primer y el único en usar armas nucleares contra civiles inocentes", y "es responsable de guerras criminales y de cientos de miles de muertos", agregó el ministro cubano. Además manifestó que Washington ha perpetrado "violaciones masivas, flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos".
Por otro lado, Rodríguez dijo que si al Gobierno estadounidense en realidad le interesara el bienestar, los derechos humanos y la libre determinación de los cubanos, entonces debería levantar el embargo impuesto contra la isla hace más de 50 años.
"La convivencia entre EE.UU. y Cuba es posible, productiva y puede ser civilizada", pero para eso, Washington no debe esperar que La Habana "ceda en un milímetro de sus principios, ni ceje en su empeño de construir el socialismo", finalizó el jefe de la diplomacia cubana.