Varios documentos de la CIA desclasificados recientemente por la ONG estadounidense National Security Archive, basada en la Universidad George Washington, han demostrado que la nueva jefa de la agencia, Gina Haspel, personalmente supervisó torturas de un detenido y ordenó la destrucción de videos que podrían servir como evidencia. Así lo ha dado a conocer este 26 de abril la propia ONG en un comunicado de prensa.
"La nominada por la administración Trump para ser directora de la CIA, Gina Haspel, supervisó personalmente la tortura de un detenido de la CIA en el 2002 que condujo al menos a tres sesiones del 'submarino' [una forma de tortura por inmersión en agua], y luego redactó un telegrama en el que ordenó la destrucción de la cinta de video", reza el comunicado de National Security Archive.
Además, de acuerdo con el comunicado de la institución, Haspel desempeñaba un alto cargo en la CIA cuando la agencia "mintió" a los expresidentes, legisladores y al público "sobre la eficacia de la tortura para obtener información útil".
Haspel apoyó iniciativas de tortura a lo largo de varios años: en noviembre del 2002, cuando era jefa de una base de la CIA en Tailandia, supervisó y apoyó el programa de tortura de dos psicólogos, James Mitchell y Bruce Jessen, hasta que en el año 2009 el presidente Obama puso fin a dicho programa.
Los documentos citados por National Security Archive incluyen 12 telegramas que Haspel redactó personalmente o autorizó, que describen en detalle varias sesiones de tortura en el 'sitió negro' de Tailandia, dirigido entonces por la actual jefa de la CIA. Las torturas fueron documentadas en cintas de video, que luego fueron destruidas, señaló National Security Archive.
El 26 de abril, el mismo día en que se divulgó el reporte de la ONG, Gina Haspel asumió oficialmente el cargo de nueva directora en funciones de la CIA, después de que Mike Pompeo fuera aprobado por el Senado de EE.UU. como secretario de Estado.
El 25 de abril, un día antes del nombramiento, hasta 109 generales y almirantes estadounidenses retirados en una petición instaron a los legisladores a rechazar el nombramiento de Haspel por estar "íntimamente involucrada en torturas".
La petición citó "informes no refutados" de que Haspel dirigía una prisión secreta en uno de los llamados 'sitios negros' de la CIA y mencionó su papel en la supervisión del polémico programa de interrogatorios de la agencia, "lleno de abusos y ejemplos de mala administración".