La Junta de Fiscales del departamento peruano de Ucayali sostiene que los últimos exámenes efectuados a la ropa del canadiense Sebastian Woodroffe podrían probar que fue el responsable del asesinato de Olivia Arévalo, lideresa y curandera de la tribu amazónica de shipibo-konibo, situada en Perú.
El presidente de la Junta, Ricardo Jiménez, señaló que las pruebas realizadas a la ropa de Woodroffe dieron positivo por plomo, bario y antimonio, aunque las de absorción atómica realizadas al canadiense dieron negativo, recoge la agencia estatal Andina.
Jiménez anunció que "se ha encontrado el arma homicida, los casquillos" y que de momento la Fiscalía está investigando los motivos del asesinato de Arévalo. Asímismo, trata de localizar al hijo de la curandera, Julián Vásquez Arévalo, a quien vinculan con una posible deuda con Woodroffe.
- Olivia Arévalo, de 81 años, recibió cinco disparos en el corazón el 19 de abril en el asentamiento de Victoria Gracia, situado a unos 20 minutos de la localidad de Yarinacocha, en el departamento de Ucayali.
- Al día siguiente, los pobladores y familiares de la curandera tomaron justicia por manos propias y, en medio de un linchamiento, ahorcaron a Woodroffe, a quien acusaron del asesinato.
- Las autoridades emitieron una orden de detención contra dos de los asesinos del canadiense, a los que lograron identificar.