La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, comentó el despliegue por parte de China de sistemas de defensa aérea y de misiles antibuque en las disputadas islas Spratly subrayando que ese acto "tendrá consecuencias a corto y largo plazo", sin concretar en qué consistirían estas consecuencias.
Anteriormente esta semana, se informó que durante los últimos 30 días Pekín había instalado misiles tierra-aire y misiles de crucero antibuque en tres puestos de las islas Spratly, ubicadas en el mar de la China meridional.
Desde el Ministerio del Exterior chino subrayaron que su país tiene la indiscutible soberanía sobre este archipiélago y que el despliegue está diseñado solo para garantizar sus necesidades de seguridad nacional y no tiene como objetivo a ningún país.
"Los que no tienen intención de ser agresivos no necesitan preocuparse o tener miedo," declaró Hua Chunying, la portavoz de la Cancillería china.
Algunos expertos del país norteamericano expresaron dudas sobre el carácter del despliegue. "El mayor dilema es que Pekín pueda desplegar muchos más misiles de los que las plataformas navales de EE.UU. puedan defenderse", declaró a CNBC Harry Kazianis, director de estudios de defensa del estadounidense Centro del Interés Nacional.
Desde hace años, las islas del archipiélago Spratly han estado en disputa entre China y varios Estados del Asia Pacífico: Brunéi, Vietnam, Malasia y Filipinas.