Gina Haspel, la candidata de Donald Trump para dirigir la CIA y que hasta poco era subdirectora de esa agencia de Inteligencia estadounidense, se negó de manera repetida a responder a varios senadores de Estados Unidos que le preguntaron si estimaba que las técnicas de tortura eran "inmorales".
Ante una serie de interpelaciones directas sobre si considera inhumanas ciertas técnicas que emplea la CIA en sus interrogatorios, Haspel confirmó su compromiso con los más altos estándares de moralidad y aseguró que la agencia utilizó métodos prescritos por ley para evitar nuevos ataques a EE.UU.
El pasado 26 de abril, esa mujer de 61 años asumió de manera oficial el cargo de directora en funciones de la CIA después de quien ocupaba ese puesto, Mike Pompeo, fuera ratificado como secretario de Estado norteamericano. Ese mismo día se divulgó un informe de la ONG estadounidense National Security Archive, en el que se indicaba que Gina Haspel supervisó personalmente la tortura de un detenido y ordenó la destrucción de videos que podían servir como prueba.
En la audiencia ante el Comité Selecto del Senado sobre Inteligencia de este 9 de mayo, esta alta funcionaria norteamericana mencionó entre los peligros inminentes para EE.UU. a Corea del Norte, Irán, China y Rusia.
Carrera en la URSS
Gina Haspel es hija de un piloto militar estadounidense y pasó su infancia en bases aéreas de todo el mundo. Comenzó su carrera como oficial de informes especializada en Rusia, debido a que vivió 15 años en la Unión Soviética, Rusia y Azerbaiyán; de hecho, habla ruso con fluidez y conoce tanto la mentalidad del pueblo ruso como la realidad de ese país.
Hasta el momento, se desconoce qué hacía exactamente en la URSS y en el espacio postsoviético. Algunas informaciones indican que en Azerbaiyán estaba a cargo de la red local de la CIA y participó en la captura de dos terroristas, que se encontraban entre los atacantes a la embajada de EE.UU. en Kenia y Tanzania en 1998.
La agente 'Gina Doe'
Ingresó en la CIA en 1985 y figura en sus documentos como 'Gina Doe'. Fue ayudante de exjefe del Servicio Clandestino Nacional y del Centro Contra el Terrorismo, José Rodríguez, y en 2005 ordenó la destrucción de unas 100 cintas de vídeo de torturas que practicó esa agencia estadounidense.
También dirigió una de las cárceles secretas que Washington creó en Tailandia tras los atentados del 11-S, en la que funcionarios norteamericanos pusieron en marcha diversas prácticas extremas contra supuestos terroristas de Al Qaeda, incluida la conocida como 'ahogamiento simulado'.
En 2013, pocas semanas después de que la nombraran jefa del Servicio Clandestino Nacional de la CIA, Gina Haspel fue remplazada de ese puesto tras conocerse su implicación en esos actos.