Estados Unidos tendrá que garantizar que no buscará socavar el liderazgo político en Corea del Norte, señaló el secretario de Estado, Mike Pompeo, en una entrevista concedida el 13 de mayo a Fox News. Si Pionyang acepta dar la marcha atrás a su programa nuclear, EE.UU. le ofrecerá a cambio ciertas garantías a Kim Jong-un de que permanecerá en el poder.
"Tendremos que proporcionarle garantías de seguridad para estar seguros. Esta ha sido la recompensa que estaba en el aire durante 25 años", dijo Pompeo, refiriéndose a la duración del programa nuclear norcoreano, que fue lanzado a principios de 1994.
Acto seguido, el secretario de Estado resaltó la aportación personal del presidente Donald Trump en el cambio de curso: "Ningún presidente colocó a Estados Unidos en una posición en la que los líderes norcoreanos pensaran que esto es realmente posible, que los estadounidenses efectivamente harían esto, llevarían a un punto donde EE.UU. ya no estaría en riesgo por parte norcoreana".
Ventajas para EE.UU. y Corea del Norte
Pompeo propuso a los espectadores aguantar para ver cómo avanzan las negociaciones. "Pero no se equivoquen: el interés de EE.UU. aquí es evitar el riesgo de que Corea del Norte lance un arma nuclear contra Los Ángeles o Denver o este mismo lugar donde estamos sentados".
Si la negociación resulta un éxito, Corea del Norte puede ver a empresas privadas estadounidenses inundando su mercado, aludió el secretario de Estado. Ayudarían a desarrollar su red eléctrica y suministrarían alimentos a los norcoreanos "para que puedan comer carne y tener vidas saludables".
El cambio llega después de dos rondas de conversaciones con Kim que calificó de "profesionales". La última incluyó las preparaciones para la futura cumbre entre Trump y Kim, programada para el 12 de junio.
De una guerra de palabras a elogios
Hace unos meses Trump tachó a Kim como un "hombre loco" y un "hombre misil en una misión suicida", le amenazó con "fuego y furia" y se jactó de tener un botón nuclear más grande. Pompeo dio por terminada esa guerra de palabras.
El tono de la retórica respecto a Kim ha experimentado un drástico cambio durante los últimos meses. Después de la histórica cumbre entre Kim y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, a finales de abril, Trump comenzó a elogiar al líder norcoreano.
Así, durante un reciente encuentro con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, Trump calificó a Kim de "muy abierto y muy honorable". Cuando Pionyang señaló que estaba dispuesto a desmantelar su polígono de pruebas nucleares y permitir que el proceso esté supervisado por periodistas extranjeros, incluidos los estadounidenses, Trump lo consideró "un gesto muy inteligente y amable".