Eduardo Cunha, expresidente de la Cámara de Diputados de Brasil, considerado el principal impulsor de la destitución de Dilma Rousseff, fue condenado este viernes por el juez federal Vallisney de Souza Oliveira a 24 años y 10 meses de prisión por desviaciones e irregularidades en la Caja Económica Federal, en el marco de la Operación Sépsis, informa O Globo. Cunha ha sido hallado culpable de los delitos de corrupción, lavado de dinero y violación de secreto funcional.
El antiguo parlamentario, que está preso en Curitiba, ya había sido condenado a una pena de más de 14 años de reclusión en el marco de la Operación Lava Jato. A su vez, Henrique Eduardo Alves, exministro de Turismo y también expresidente de la Cámara, fue sentenciado a más de 8 años de prisión por lavado de dinero.
El juez también dictaminó en ambos casos la confiscaciçon de los bienes y valores obtenidos por medio del esquema delictivo. De acuerdo con el fallo, Cunha pagará una multa de 1,85 millones de dólares, mientras que Alves tendrá que pagar una multa de 265.000 dólares.
'Impeachment' de Rouseff
En 2016, Eduardo Cunha emergió como uno de los políticos más comprometidos con el 'impeachment' contra la entonces presidenta Dilma Rousseff, y era el segundo en línea, después del actual presidente Michel Temer, para reemplazarla en el cargo.
Durante un controvertido juicio político, tildado por Rouseff como un "golpe de Estado", la exmandataria insistió en que su destitución había sido organizada por la alianza de estos dos políticos.
En 2015, Cunha autorizó la solicitud de enjuiciamiento, aunque poco después el Supremo Tribunal Federal (STF) anuló temporalmente el procedimiento. Tras la detención del expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, la Cámara de Diputados aprobó en abril de 2016 el inicio del juicio político.
Detrás de Cunha estaban, según medios locales, diputados de distintos sectores de la derecha brasileña.
El escándalo con el audio
En 2017, poco después de la primera condena dictada contra el expresidente de la Cámara de Diputados, una investigación periodística reveló la presunta trama de corrupción que involucraba a Temer y Cunha. Un audio al que tuvo acceso la revista O Globo comprometió al mandatario en el supuesto pago por el "silencio" de Cunha para que no revelara detalles de la corrupción en Petrobras.
El actual jefe de Estado, sin embargo, negó haber pedido que se le pagara a su socio político con el fin de comprar su silencio durante la investigación del caso Lava Jato. Este escándalo provocó la caída de la bolsa brasileña y la devaluación de su moneda nacional, el real, y masivas protestas que pedían la destitución de Temer y nuevas elecciones.