Las autoridades militares de Tailandia han hecho público un dramático video del momento exacto en que unos buceadores hallaron con vida a los doce niños de entre 11 y 16 años y a su entrenador de fútbol que estuvieron perdidos durante diez días en una cueva de la provincia de Chiang Rai, en el norte del país.
En la grabación se puede observar a los niños, en su mayoría sentados y con camisetas de fútbol sobre sus rodillas. Tras la larga espera por ayuda, los pequeños, sin noción del tiempo transcurrido, le preguntan a dos buceadores británicos –los primeros en verlos– qué día es.
Uno de los británicos insta al grupo a mantener la calma y les asegura que "viene mucha, mucha gente... somos los primeros".
Los buceadores de rescate han sido identificados como Rick Stanton, de 56 años, y John Volanthen, de 47 años.
Desaparición y búsqueda
Los 12 niños y su entrenador desaparecieron el pasado 23 de junio cuando después de un entrenamiento fueron a explorar la cueva de Tham Luang, un lugar de interés situado en el parque forestal de Tham Luang Khunnam Nang Non. Tham Luang es una extensa red de cámaras conectadas por pasillos que se inundan durante las fuertes lluvias, por lo que una señal en su exterior advierte a los visitantes de que no es seguro entrar en las grutas durante la temporada de lluvias, que en Tailandia comienza en julio.
Al parecer, los niños y su entrenador se adentraron en la cueva para una caminata que iba a durar unas horas, pero quedaron atrapados después de que las fuertes precipitaciones inundaran varias cámaras y bloquearan la salida.
En la tarde del 23 de junio, empleados del parque hallaron en las adyacencias una motocicleta y 11 bicicletas, así como mochilas, botas de fútbol y otros objetos pertenecientes a los niños.
La desaparición de los menores y su entrenador puso en marcha una desesperada operación de búsqueda y rescate en la que participaron militares y equipos de salvamento de Estados Unidos, Japón, China y Australia. En total, unos 1.300 efectivos han colaborado en la intensa búsqueda, que duró nueve días y se vio dificultada por el agua enlodada que inundaba los estrechos pasadizos a lo largo de la cueva, que con 10 kilómetros de longitud es la cuarta más larga del país asiático.