Moscú considera preocupante el incidente ocurrido en la localidad británica de Amesbury, donde un hombre y una mujer fueron envenenados con el agente nervioso Novichok. "Son unas noticias muy preocupantes", ha comentado el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, refiriéndose al "uso repetido de sustancias similares en Europa".
"Por otra parte, no disponemos de información sobre qué sustancias fueron utilizadas y cómo", ha agregado el vocero.
La localidad de Amesbury se encuentra a unos diez kilómetros de Salisbury, donde el 4 de marzo fueron envenenados el exagente doble de inteligencia Serguéi Skripal y su hija Yulia. Londres culpa a Moscú de este envenenamiento, aunque no ha presentado pruebas al respecto.
Peskov ha hecho hincapié en que "Rusia negó y sigue negando categóricamente cualquier tipo de participación en lo que ocurrió allí". "La parte británica nunca presentó ninguna prueba mínimamente convincente de las acusaciones infundadas contra Rusia", ha criticado el portavoz. Al mismo tiempo, ha recordado que la parte rusa propuso desde el principio realizar una investigación conjunta del caso, "pero esta propuesta quedó sin respuesta". El Kremlin tampoco está al tanto sobre supuestas solicitudes del Reino Unido a Moscú con relación a este último caso.
Por el momento el incidente en Amesbury no se considera relacionado con el envenenamiento de los Skripal, ya que hasta ahora nada indica que los británicos intoxicados tuvieran algún vínculo con ellos.