La Comisión Bicameral del Congreso argentino que investiga la tragedia del submarino ARA San Juan, escuchó este jueves el testimonio del suboficial de la Armada Rubén Darío Espínola. El militar, que es especialista en comunicaciones, estaba de guardia en la estación de radio de la Base Naval Mar del Plata el 15 de noviembre de 2017, cuando desapareció la nave, y aseguró que escuchó emisiones radiales que, según su opinión, provenían de la embarcación.
"Escuché a alguien que estaba tratando de transmitir un mensaje en las frecuencias asignadas al submarino", dijo Espínola, añadiendo que inmediatamente informó a la Central de Comunicaciones de la Fuerza de Submarinos y a la base de Puerto Belgrano. "Como el enlace finalmente no se concretó, no lo anoté en el libro de guardias", explicó. Recién fue registrado tres días después, cuando Espínola se reintegró al servicio.
Según el testimonio, estos hechos se dieron a las 14.18 hora del miércoles 15 de noviembre. Es decir, tres horas después de la anomalía hidroacústica que se presume fue la explosión que produjo el hundimiento del ARA San Juan.
La senadora nacional Magdalena Odarda consideró, citada por el diario La Nación, que este dato "es de vital importancia". Según la legisladora "si se trató efectivamente de una señal del ARA San Juan y los superiores del suboficial Espínola lo pasaron por alto, habría que investigar si hubo negligencia en horas claves para el rescate".
Asimismo, añadió que "podría tener que modificarse sustancialmente el área de búsqueda asignada actualmente, ya que se fijó de acuerdo al evento hidroacústico registrado en el área de patrullaje".
El agente de inteligencia
El mismo día que compareció ante el Congreso el suboficial Espínola, lo hizo también el director de Inteligencia de la Armada, el contraalmirante Pedro Galardi. Este último aseguró que a bordo del submarino se encontraba un agente de inteligencia. "Durante todo 2017 fue habitual el embarque de personal de inteligencia en los buques", afirmó.
Consultado por los legisladores sobre qué tareas desempeñaba este agente, Galardi respondió que no había ninguna orden específica. Sin embargo, fue leída allí una carta de la esposa del marino desaparecido, que señalaba que "era el único [de la tripulación] que no era submarinista; no tenía hecho el curso de escape y estaba allí por obedecer una orden de un superior".