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El balón de la discordia: Un chip del regalo de Putin a Trump genera un revoltijo en EE.UU.
La pelota oficial del Mundial 2018 que el presidente ruso le regaló a Donald Trump durante su primera reunión bilateral, celebrada en Helsinki el 16 de julio, es fuente de controversias.
Durante su primera reunión bilateral con Donald Trump, Vladímir Putin aprovechó la ocasión para "pasarle la pelota" al presidente de EE.UU., a quien le regaló un balón oficial de Rusia 2018. El obsequio, sin embargo, generó en EE.UU. sospechas de que ese recuerdo del Mundial 2018 pudiera ser no solo una mera pelota, sino una herramienta para el espionaje.
El motivo para las preocupaciones es que dentro del balón, un Adidas Telstar, está incorporado un chip, reporta Bloomberg.
El senador republicano Lindsey Graham llegó a aseverar en su cuenta de Twitter que, personalmente, "revisaría el balón de fútbol en busca de dispositivos de escucha y nunca lo aceptaría dentro de la Casa Blanca".
La realidad es que, en lugar de un dispositivo espía, el chip ubicado dentro de la pelota es nada más que un detalle de Adidas con "contenidos exclusivos".
El Adidas Telstar, balón oficial del Mundial 2018 y con un chip NFC incorporado, está a la venta y según la página web de la empresa cuesta 165 dólares (esta semana el precio es 83 dólares, con descuento). El chip está insertado detrás de un logotipo que se asemeja a un icono de WiFi y transmite al móvil del dueño de la pelota videos, noticias y otros contenidos relacionados con el fútbol.
Adidas se negó a comentar a Bloomberg las suposiciones según las cuales el chip podría haber sido 'hackeado' por los rusos, y el propio medio indica que no hay indicios de que las pelotas de ese tipo o sus chips tengan vulnerabilidades de seguridad. Según Adidas, el chip no puede ser modificado y es imposible borrar o reprogramar su código.
Los 'temibles hackers rusos' pacecen haberse apoderado de la agenda de EE.UU. hasta tal grado que las especulaciones sobre su supuesta injerencia en el proceso electoral de 2016, y su pretendido involucramiento en ciberataques con vistas a las próximas elecciones estadounidenses, han traspasado incluso la política. A falta de pruebas contundentes sobre la injerencia de Rusia en las elecciones de EE.UU., ahora la huella rusa la buscan en balones de regalo.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, señaló que al igual que todos los obsequios recibidos por la Casa Blanca, la pelota regalada por el presidente de Rusia fue sometida a un control de seguridad. Sanders no proporcionó más detalles al respecto y se desconoce si hallaron algo sospechoso durante la inspección.
Entre tanto, Bloomberg afirmó que no hay manera de determinar, a partir de las fotos, si el chip original pudo haber sido retirado y cambiado por un dispositivo espía, ni tampoco si la pelota pudiera ser en realidad una copia sustituta del modelo original de Adidas, elaborada especialmente para la reunión que sostuvieron los mandatarios de Rusia y EE.UU. el 16 de julio en Helsinki.
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