¿Por qué EE.UU. no sanciona el petróleo de Venezuela?
A lo largo de un año Estados Unidos ha impuesto sanciones cada vez más fuertes contra el sector financiero de Venezuela, país azotado por una grave crisis económica.
Sin embargo, frente a quienes esperan restricciones más directas contra el sector petrolero del país latinoamericano, Washington parece no querer ir más allá, señala el portal Oil Price.
Los rumores sobre los planes de EE.UU. de sancionar el sector petrolífero de Venezuela vienen circulando durante desde hace más de un año, llegando a especularse el año pasado con la posibilidad de que las restricciones directas fueran una cuestión de tiempo.
Entre los factores que podrían explicar esta situación figuran las refinerías de la costa estadounidense del golfo de México, que siguen dependiendo de las importaciones de petróleo pesado de Venezuela. Pese al desplome en la producción de crudo, Venezuela ha visto aumentar desde febrero pasado las exportaciones de su crudo a su mayor mercado, que es Estados Unidos. Entre febrero y junio aumentaron en un impactante 43%.
Merma de producción
Mientras tanto, la producción de petróleo en Venezuela ha decrecido cada mes a un ritmo de 50.000 barriles al día sin que se hayan adoptado sanciones directas contra el sector.
Venezuela está sufriendo la peor caída de producción de petróleo en la historia en medio de un colapso económico sin precedentes, años de mala gestión y falta de inversiones en la industria petrolera, a lo que se une una creciente crisis humanitaria. Según el Fondo Monetario Internacional, la inflación de Venezuela alcanzará un 1.000.000% para finales de este año, lo que amenaza con agravar la crisis económica y social del país con las mayores reservas de petróleo del mundo.
La cantidad de las torres de perforación se redujo a 28 el mes pasado de las 50 que había en julio de 2017, según Baker Hughes International Rig Count.
El último informe mensual de la OPEP mostró que la extracción de crudo en Venezuela cayó 47.500 barriles por día (bpd) desde el pasado mes de mayo hasta 1,34 millones de bpd en junio. En comparación, la extracción promedia fue de 2,154 millones en 2016 y de 1,911 millones en 2017.
La Administración de Información Energética de EE.UU. predice que la producción caerá a menos de un millón de bpd para finales de este año y a tan solo 700.000 bpd para finales del próximo, un dato equiparable a la actual producción petrolífera del estado de Nuevo México.
Consecuencias incómodas
Ante tal situación desesperada en ese sector, unas eventuales sanciones directas de EE.UU. contra esa industria solo empeorarían las cosas y harían subir los precios del crudo, algo muy incómodo para el presidente Donald Trump de cara a las elecciones de medio plazo en próximo noviembre.
Asimismo, el presidente de Venezuela, Nicolas Maduro, podría aprovechar las sanciones para culpar a la 'potencia imperialista' por el colapso total de su país. En otras palabras, EE.UU. no quiere presentarse como responsable del desplome económico de Venezuela ni tampoco quiere ser culpado por contribuir al mismo.
"La Casa Blanca no quiere ser dueña de esta crisis", confirmó al medio S&P Global Platts el exasesor energético del presidente Donald Trump, George David Banks.