En el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, la embajadora estadounidense ante ese organismo, Nikky Halley, se sumó a una protesta de venezolanos en Nueva York (EE.UU.). Con un megáfono en mano se dirigió a los manifestantes y dijo: "¡Vamos a luchar por Venezuela y vamos a continuar haciéndolo hasta que Maduro se haya ido!".
Con una actitud que rompe todo tipo de protocolo diplomático, la funcionaria insistió: "Necesitamos que sus voces sean fuertes, y les diré que la voz de los EE.UU. será ruidosa".
A pesar de la polémica, las palabras de Halley coinciden con los planteos realizados por el presidente Donald Trump ante los líderes mundiales el martes pasado. "No hace mucho, Venezuela era uno de los países más ricos de la Tierra. Hoy, el socialismo ha llevado a la bancarrota a la nación rica en petróleo y ha llevado a su pueblo a una pobreza abyecta", aseguró el mandatario.
Por otra parte, más tarde y ante periodistas de distintas partes del mundo, sostuvo que un golpe militar podría triunfar "rápidamente" en el país sudamericano. Sin embargo, luego aclaró que no descarta una reunión de alto nivel con el propio Nicolás Maduro "si él quiere", a lo que el jefe de Estado venezolano respondió estar "preparado y dispuesto".