El embajador ruso en EE.UU., Anatoli Antónov, ha recordado que no se ha presentado ninguna prueba que corrobore las acusaciones de Washington de que Rusia desarrolla un sistema de misiles de crucero que supuestamente viola el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF).
"Se nos acusa de violar este tratado por el hecho de que supuestamente tenemos un determinado misil 9M729 que viola sus disposiciones. Sin embargo, no se proporcionan las pruebas ni los fundamentos específicos sobre los que se basa esa conclusión [...] estamos esperando los hechos concretos y rechazamos cualquier alegato", aseveró Antónov este viernes en California (EE.UU.), según cita TASS.
Previamente, la embajadora de EE.UU. en la OTAN, Kay Bailey Hutchison, advirtió que Rusia debe detener el desarrollo de ese sistema con alcance supuestamente superior a los 500 kilómetros —en violación del INF—, asegurando que, de lo contrario, Washington buscará destruirlo antes de que esté operativo. Posteriormente, la diplomática aclaró que esa amenaza no se refería a un ataque preventivo contra Rusia.
Hablando frente a estudiantes en el Instituto de Estudios Internacionales de Middlebury, Antónov aprovechó para señalar que las preocupaciones de Moscú sí son específicas, a diferencia de las occidentales.
En concreto, el diplomático recordó que EE.UU. ha desplegado sistemas antimisiles Aegis Ashore en Rumania y planea hacer lo mismo en Polonia, y precisó que esos sistemas —ahora "muy cercanos a las fronteras rusas"— involucran el uso de misiles de crucero Tomahawk con alcance de entre 1.250 y 2.500 kilómetros.
"Si nosotros desplegáramos misiles de ese tipo cerca del territorio estadounidense, ¿eso no se consideraría en EE.UU. como una amenaza directa para la seguridad nacional?", preguntó.