Finalmente se confirmaron las amenazas que había realizado Donald Trump: el Gobierno de EE.UU. enviará al menos 800 militares a la frontera con México ante el avance de la caravana migrante proveniente de América Central. Si bien todavía no hay detalles, se prevé que estas tropas no participen directamente de la detención de personas que intenten ingresar a territorio estadounidense, sino que hagan apoyo logístico y proporcionen vallas y cercas en puntos clave.
Durante la mañana del jueves, el presidente Trump había escrito en su cuenta de Twitter que ya estaba movilizando "militares para esta emergencia nacional".
Así había calificado el lunes pasado a la caravana de centroamericanos que partió hace dos semanas desde Honduras. En aquel momento el inquilino de la Casa Blanca planteó que alertaría a la Patrulla Fronteriza y el Ejército, dando a entender que pronto movilizaría más agentes hacia la frontera.
Las razones de la migración
Varios miles de migrantes de Honduras, El Salvador y Guatemala se congregaron el viernes 19 de octubre –luego de marchar durante una semana– cerca de la franja fronteriza de México y rompieron la valla divisoria. Estas personas buscan llegar a EE.UU. e instalarse ahí, escapando de la pobreza y la violencia en sus países.
Cabe recordar que, con una tasa de homicidios de 43 por cada 100.000 habitantes, Honduras es considerado como uno de los países más violentos del mundo. A esto se suma que mantiene el promedio de pobreza extrema más alto de la región centroamericana, de acuerdo con los datos que compila el Banco Mundial (BM).
Por su parte Guatemala, que es la economía más grande de Centroamérica, es también uno de los países con mayores niveles de desigualdad de Latinoamérica y con algunas de las tasas de desnutrición crónica y de mortalidad materno-infantil más altas en la región. Finalmente, en El Salvador, el crecimiento económico alcanzó el 2,3% en 2017. Sin embargo, continúa sufriendo bajos niveles de crecimiento, situándose entre las economías regionales con más lento crecimiento en los últimos años.
Donald Trump acusó a los Gobiernos centroamericanos de permitir el flujo de tantos migrantes sin control alguno y aseveró varias veces que si las autoridades mexicanas no toman medidas para detener la caravana, enviaría militares para sellar su frontera.
A su vez, el vicepresidente Mike Pence llegó a señalar que la caravana era financiada por el Gobierno de Venezuela, algo que fue desmentido por el presidente Nicolás Maduro. El mandatario venezolano acusó de "loco extremista" al funcionario estadounidense y aclaró: "Tienen una obsesión porque no han podido derrotarnos".