El Volcán de Fuego entró este domingo en su quinta fase eruptiva del año, forzando la evacuación de miles de personas a menos de seis meses de que el coloso causara estragos en Guatemala.
Se han contabilizado 76.145 personas afectadas por el fenómeno natural luego de que la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) del país centroamericano decretara una alerta roja. De ellas, 3.925 han sido evacuadas de zonas de peligro y 2.052 alojadas en albergues.
Según el último boletín del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) guatemalteco, los parámetros del volcán se mantienen en un "alto rango", con "pulsos incandescentes" que alcanzan los 1.000 metros de altura sobre el cráter y "material balístico" que cae en un radio de aproximadamente un kilómetro del cono volcánico.
Adicionalmente, se han registrado flujos de lava de entre 300 metros y 3 kilómetros de longitud en las laderas del coloso, mientras que las columnas de ceniza han alcanzado los 7.000 metros de altura sobre el nivel del mar y se dispersan a lo largo de 60 kilómetros en dirección oeste y suroeste.
A las 13:00 UTC de este lunes, la alerta roja municipal se mantenía en pie para Escuintla, mientras en zonas como Sacatepéquez y Alotenango se registraba una alerta naranja. A tempranas horas del día, unas 300 familias se resistían a abandonar las áreas de riesgo.
La cuarta fase eruptiva del Volcán de Fuego tuvo lugar entre el 6 y el 9 de noviembre sin que se registraran víctimas ni daños.
El pasado 3 de junio, en la tercera fase, el volcán experimentó una potente erupción que dejó un saldo de casi dos centenares de muertos y una cantidad mayor de desaparecidos.