El máximo dirigente de la FIFA, Gianni Infantino, se encuentra en la Ciudad de Buenos Aires para ser parte del G20 junto al resto de los líderes más importantes del planeta. En conferencia de prensa, manifestó que desea que los jefes de Estado hablen también de fútbol, por ser un deporte muy importante en el mundo.
A su vez, le consultaron sobre la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, suspendida en dos oportunidades por incidentes, y respondió: "No deja de ser un partido de fútbol, no es una guerra, no es una batalla. Lo que ocurrió, no tiene excusa, debe ser condenado".
En esa línea, agregó: "Todos los que estamos involucrados en el fútbol tenemos que aprender de estos hechos y asegurarnos de que se genere un antes y un después, para que no vuelvan a ocurrir nunca más". Ante la posibilidad de que los equipos argentinos no quieran jugar la final en Madrid (España), opinó: "Siempre se tiene que jugar, el fútbol no se puede parar".
Por otro lado, frente a la consulta sobre si la candidatura de Argentina, Paraguay y Uruguay para ser la sede compartida del Mundial 2030 peligra por esos disturbios, comentó que aquella decisión "se va a tomar en cuatro años" y concluyó en que "hay mucho tiempo" para tomar una definición.