María Bútina, la ciudadana rusa que Estados Unidos detuvo en julio acusada de espionaje, ha aceptado declararse culpable y cooperar con las autoridades de ese país.
Mientras, el padre de esa joven, Valeri Butin, ha denunciado las condiciones de "tortura" en las que las autoridades norteamericanas han mantenido su hija durante los últimos meses.
¿De qué la acusan?
Esta mujer de 30 años fue detenida en Washington el pasado 15 de julio como sospechosa de ejercer como agente extranjera y conspirar para actuar como espía de Rusia en EE.UU., dos delitos que juntos pueden representar hasta 15 años de prisión.
El Departamento de Justicia estadounidense explicó que Bútina está acusada de trabajar para un funcionario ruso que figura en la lista de sanciones de EE.UU. y que sus documentos judiciales "detallan los esfuerzos" de ambos para que ella "actuara como agente rusa" en territorio norteamericano "mediante el desarrollo de relaciones" con personas de ese país y "la infiltración en organizaciones influyentes en la política" local con el propósito de "promover los intereses de la Federación de Rusia".
¿Qué dice Moscú?
El Ministerio de Exteriores de Rusia considera que los cargos son infundados y exige que Washington cierre este caso "políticamente motivado" y deje de presionar psicológicamente a María Bútina. De hecho, sostiene que el Departamento de Justicia de EE.UU. todavía no ha proporcionado ninguna prueba de su culpabilidad, excepto "algunos mensajes incoherentes en las redes sociales", según indicó la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
A su vez, el presidente de Rusia, Vladímir Putin aseguró este 11 de diciembre que había consultado "a todos los jefes de los servicios secretos quién es y ninguno de ellos sabe nada" sobre esa supuesta agente.
¿Se declara culpable?
Aunque tras su arresto rechazó los cargos, el pasado 10 de diciembre trascendió que Bútina aceptó declararse culpable de cargos de conspiración y cooperar con las autoridades estadounidenses.
La cadena ABC News, que obtuvo una copia de su acuerdo con la Fiscalía de EE.UU., asegura que la acusada admite que ella y un ciudadano estadounidense anónimo conspiraron con un integrante del Gobierno de Rusia y con, al menos, otra persona "para que Bútina actuara en territorio estadounidense bajo las instrucciones del funcionario ruso sin notificación previa al fiscal general".
El documento, que la ciudadana rusa habría firmado el 8 de diciembre, señala que el cargo de conspiración conlleva una pena máxima de hasta cinco años de prisión pero que, gracias al acuerdo, la sospechosa podría recibir una sentencia menor —en función de su grado de su cooperación— y que, probablemente, luego sería deportada a Rusia.
Asimismo, un tribunal habría aceptado la petición de una audiencia conjunta de la Defensa y la Fiscalía sobre el cambio de declaración de María Bútina y habría fijado ese acto para el próximo 12 de diciembre.
Entretanto, Valeri Butin denunció en una entrevista con RT que, de los cinco meses que su hija lleva encerrada ha pasado casi tres en régimen de aislamiento, "lo que no puede sino tener un impacto negativo en su condición física y mental" debido a que "es difícil decir cuánto tiempo una persona común puede soportar ese tipo de tortura".