Wired se adentra en el "infierno" de Tesla durante la producción del Model 3
A lo largo de los últimos seis meses el periodista de Wired Charles Duhigg ha venido recogiendo testimonios de decenas de empleados antiguos y actuales de Tesla, la mayoría de los cuales habló de manera anónima, para conocer cómo fue trabajar en el "infierno de la producción" –como lo definió el propio Elon Musk– del automóvil Model 3.
"Describían un lugar de trabajo excitante y turbulento donde ingenieros y diseñadores talentosos realizaron algunos de los trabajos que les producen más orgullo, pero donde, como dijo un exejecutivo, 'todos están en una relación abusiva con Elon'", escribe el articulista en su artículo para Wired.
"Venían cada día al trabajo preguntándose si ese sería su último día"
La historia empieza con el "audaz anuncio" de Musk en 2016 sobre la pronta producción por parte de su empresa de un nuevo sedán que se vendería por 35.000 dólares. El empresario se fijó la ambiciosa meta de producir 5.000 ejemplares del Model 3 por semana.
En una reunión, el empresario le dijo a los ejecutivos que la compañía tenía que ir más rápido y comenzar la producción del vehículo en julio de 2017, casi cuatro meses antes de lo planeado. También quería automatizar la producción por completo. Pese a que los directivos estimaron sus planes como poco realistas, Musk señaló que casi todo es posible a menos que viole las leyes de la física. "Vamos a construir la máquina que construye la máquina", anunció.
En las siguientes semanas, recoge la publicación, los ejecutivos siguieron discutiendo con Musk, mientras "surgía una tendencia preocupante". "Si alguien planteaba inquietudes u objeciones, Musk a veces apartaba al jefe de la persona en cuestión y le ordenaba que el culpable fuera reasignado, o potencialmente despedido o ya no fuera invitado a reuniones", explica el periodista.
La tendencia sobre los despidos siguió en aumento. Musk solía decir frecuentemente que "tenía que despedir a alguien", según contó un exejecutivo de alto rango. En una de las reuniones, el empresario partió un teléfono en pleno estado de agitación. "Todos venían cada día al trabajo preguntándose si ese sería su último día", le contó a Charles Duhigg otro antiguo jefe de Tesla.
"Seis meses de infierno de producción"
Transcurrido un año después de anuncio, la producción se retrasaba considerablemente respecto de lo planeado. En el verano de 2017 la empresa produjo los primeros 30 automóviles de este modelo, pero en una rueda de prensa Musk avisaba que iban a pasar "por lo menos seis meses de infierno de producción". "Va a ser un reto construir este auto", agregaba.
Después de aquella cita ante los medios, empezó lo que un exejecutivo de alto rango llamó "espiral descendente". "Siempre fue un genio loco, pero era un 95 % genio y un 5 % loco"", aseguró la misma fuente. Ese verano, posiblemente debido a su ruptura sentimental con la actriz Amber Heard y al estrés relacionado con la producción del Model 3, la "proporción comenzó a cambiar y para el otoño estaba totalmente invertida", añadió.
En los meses posteriores la situación pasó de tensa a "infernal". La publicación 'online' escribe que su actitud fue muy cambiante: a veces era casi frívolo e interrumpía reuniones, insistiendo que sus colegas vieran episodios de los 'Monty Python'. En sus "periodos bajos", ocasionalmente no se presentaba a las reuniones o las cancelaba en el último momento. Una exempleada recordó como Musk la humilló frente a sus colegas, gritando que era "idiota" y que "nunca había trabajado con alguien tan incompetente".
No obstante, según contó un ejecutivo del ámbito de la ingeniería, el estilo de administración de Musk no impidió que la producción aumentara. "No quiero que parezca que toda la experiencia fue negativa, porque cuando las personas eran protegidas de Elon, Tesla era increíble. Hicimos cosas increíbles", admitió.
"Los empleados sabían de sus estallidos"
El portal relata que en la Gigafábrica de Tesla las cosas todavía marchaban mal y Musk pasó muchas horas allí para determinar las causas de sus problemas. En una de sus visitas a la planta en octubre de 2017, el enojado ejecutivo despidió a un joven ingeniero, cuyo nombre ni siquiera conocía, sin explicarle razones, contaron las fuentes.
En otra visita a la fábrica, Musk le decía a los trabajadores que encontraba que no eran lo suficientemente inteligentes como para estar trabajando en esos temas y que estaban poniendo en peligro la compañía, según los testigos. "Los empleados sabían de tales estallidos", señala la publicación. "Uno de los gerentes había prohibido a los subordinados caminar demasiado cerca de la mesa de Musk en la Gigafábrica por la preocupación de que un encuentro casual, una pregunta inesperada respondida incorrectamente, pudiera poner en peligro una carrera", agrega el artículo.
En un intento de acelerar la producción, Musk necesitó una línea de producción adicional, y la ensambló dentro de una tienda de campaña gigante en el aparcamiento de la fábrica de Fremont. Al final, Tesla cumplió su objetivo de producir 5.000 automóviles del Model 3 a la semana.
"Para mí, el hecho de que pudiéramos construir al nivel apropiado, en medio de toda esa locura, ese es el verdadero logro", comentó un exejecutivo. "Solo piénsenlo: diseñamos un auto tan simple y elegante que puedes construirlo en una tienda de campaña. Puedes construirlo cuando tu director ejecutivo se está viniendo abajo. Puedes construirlo cuando todos se despiden o son despedidos. Eso es un verdadero logro", sostuvo.
Finalmente, el periodista revela que Tesla, que recibió resúmenes del artículo, afirmó a través de un portavoz que algunos pasajes estaban "demasiado dramatizados", "abreviados" y eran "anécdotas engañosas que carecían de contexto esencial". Duhigg asegura que desde Tesla se opusieron a que Musk ni ningún otro miembro de la junta directiva hiciera declaraciones.