Este lunes, en el marco de una entrevista transmitida en vivo en la página web del rotativo Komsomólskaya Pravda, al responder a la pregunta de si en un futuro próximo puede estallar un conflicto militar debido a la creciente escalada de la situación internacional, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, expresó su confianza en que "los políticos en países clave no pueden permitir ninguna gran guerra".
"La opinión pública, los pueblos no les permitirán hacerlo. Espero también que los Parlamentos en todos los países occidentales muestren la máxima responsabilidad", contestó Lavrov al admitir una acumulación de tensiones sin precedentes en Europa, incluidos los Balcanes.
"Somos testigos de cómo colapsan tratados internacionales", recordó Lavrov al poner de ejemplo la retirada unilateral por parte de EE.UU. del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (Tratado ABM) en el 2002 y las intenciones de Washington de disolver o expandir el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés), a lo que Rusia se opone firmemente.
Según Lavrov, Moscú pretende tomar las medidas necesarias para salvar este acuerdo con el fin de prevenir una catástrofe ante el aumento de las tensiones internacionales.
"Tsunami" de la vida política en EE.UU.
La rusofobia en EE.UU. "en un grado decisivo" está relacionada con la lucha política interna, afirmó Lavrov.
"No tengo dudas de que el presidente [de EE.UU., Donald] Trump, cuando dirigía su campaña electoral, fue sincero al decir que quería tener buenas relaciones con la Federación de Rusia", señaló el ministro al añadir que la victoria de Trump sobre Hillary Clinton provocó "un tsunami en la vida política nacional de Estados Unidos" debido al hecho de que las llamadas 'élites del sistema' se sintieron incómodas, "les parecía que estaba pasando algo que acercaba el poder a un simple votante".
Esto derivó a las reiteradas acusaciones contra Rusia de interferir en las elecciones en EE.UU., de los ataques de piratas informáticos contra el Partido Demócrata y otras estructuras en EE.UU., algo que "nadie jamás ha sido capaz de fundamentar".
En ausencia de hechos que prueben dichas acusaciones contra Moscú, la campaña rusofóbica en EE.UU. no obtuvo resultados y últimamente los propagandistas estadounidenses dirigieron sus esfuerzos contra China, que también es un competidor a ojos de Washington.
"Y ahora es China el principal 'hacker' que está socavando los cimientos de la sociedad estadounidense", resumió Lavrov al lamentar que "los intereses de la comunidad mundial, los intereses de la estabilidad estratégica global y la seguridad internacional se sacrifiquen en favor de las disputas políticas internas". También señaló que Moscú siempre está dispuesto para el diálogo y nunca rechaza la conversación profesional en áreas en las que sus socios "están preparados para considerar las amenazas y problemas comunes existentes de manera equitativa y justa".
Sanciones: "Un enfoque poco perspicaz"
Actualmente al poder en EE.UU. han llegado "personas de mentalidad utilitaria" que quieren un diálogo con Moscú solo en ámbitos donde ven un beneficio para ellas.
Lavrov explicó que la política de EE.UU. se define por un ciclo de dos años, cuando se celebran las elecciones y los que están en el poder deben mostrar de algún modo que son mejores y pueden lograr algo de lo que otros no son capaces.
Actualmente, EE.UU. aplica sanciones económicas unilaterales, no solo contra Rusia y China, sino también contra sus aliados, como Alemania y Francia. "Las sanciones se imponen solo por violar la ley de EE.UU. que prohíbe el comercio con Irán. Y en Francia, en Alemania no existen tales leyes que prohíban comerciar con Irán" y sus empresas están actuando de manera absolutamente legal, en lo que respecta a la legislación nacional y al derecho internacional, pero Washington les obliga a pagar varios miles de millones de dólares de aranceles para que puedan seguir comerciando con EE.UU. también.
Señaló que las sanciones, que cubren la forma de pago en dólares, "probablemente en un futuro próximo brinden algunos beneficios a las compañías estadounidenses, debiliten a sus competidores y en la víspera de las próximas elecciones aumenten el empleo en EE.UU.". "No obstante, a largo plazo la confianza en el dólar se ve socavada, y esto socava los intereses fundamentales a largo plazo de Estados Unidos. Porque todos ya están empezando a pensar en cómo deshacerse de la dependencia del dólar", aseveró Lavrov.
Preguntas personales
Al concluir la entrevista el ministro respondió varias preguntas enviadas por lectores del rotativo. Reveló que entre sus platos favoritos está el borsch, sopa típica ucraniana y del sur de Rusia; que no ha cogido el gusto por las tendencias musicales modernas como el 'rap' y prefiere las canciones de cantautores guitarristas soviéticos; y que cuando tiene la oportunidad disfruta del tiempo al aire libre.