Actualidad
Hallan rastros del casi extinto lobo rojo en una "misteriosa" población canina del golfo de México
Al estudiar los genomas de dos animales capturados en un aislado tramo de la costa, científicos descubrieron que no son coyotes, como los que viven en las tierras adyacentes.
Un grupo de biólogos ha encontrado rastros del genoma del lobo rojo de Norteamérica en una población canina ubicada en la isla Galveston, en el litoral del golfo de México. Es un animal en peligro crítico de extinción, aunque un programa estatal le ha permitido sobrevivir en el extremo este de EE.UU.
El resto del estado de Texas, al que pertenece el territorio insular, es habitado exclusivamente por otra especie de cánidos: el coyote. Antes de esta investigación se creía que los depredadores que viven en Galveston también lo eran, pero la secuenciación genómica puso en tela de juicio dicha atribución.
Se trata ahora del "redescubrimiento" de una especie que consideraban desaparecida de la naturaleza silvestre desde los años 1980, afirman los autores de un artículo publicado la semana pasada en la revista Genes. Es una situación que los propios autores califican de "rara", puesto que los pocos ejemplares conservados del lobo rojo representan una escasa variedad génica, tanto para recuperar una población suficiente como para juzgar sobre la diversidad intraespecífica.
El equipo analizó los genomas de dos animales encontrados en la isla texana y, al compararlos con los de otros 60 representantes de cánidos de toda Norteamérica, vieron que tienen mucho que ver con los lobos rojos cautivos. Comparten más fragmentos del ADN con ellos que con los coyotes, que son ligeramente menores de tamaño, pero bastante parecidos físicamente.
¿Híbrido o auténtico?
La diferencia génica entre los cautivos y los 'isleños' puede deberse al mestizaje con el coyote, pero también a la pérdida de ciertos genes por los primeros a consecuencia de la cría en cautividad, señaló una de las autoras de la investigación, la posgraduada de Princeton, Elizabeth Heppenheimer, cuyas palabras recoge el sitio web de su universidad.
"Los coyotes y los lobos se consideran especies distintas a partir del concepto de especies ecológicas", explicó, algo que supone el uso de diferentes recursos dentro de sus entornos o diferentes nichos en la naturaleza. Mientras tanto, dijo, los científicos reconocen también otras definiciones de 'especie', como la genética.
Debido a esta indeterminación, los biólogos catalogaron de "misteriosa" a la población canina de Galveston. No pueden decidir por el momento si representa la especie críticamente amenazada, tal y como existía hasta el siglo XX en las praderas estadounidenses, o un híbrido, un "eco" de una especie en otra. Pese a esta "controversia", apuntan a una necesaria acción adicional para su conservación.
comentarios