Polémica en Dinamarca por una ley que obliga a dar la mano para obtener la nacionalidad
A partir de ahora los extranjeros que adquieran la nacionalidad en Dinamarca deberán estrechar la mano al funcionario en la ceremonia de entrega del certificado, según una ley aprobada el jueves en el Parlamento.
El apretón de manos, con el que se pretende mostrar respeto a los valores daneses, ha provocado gran polémica porque esta dirigida a los musulmanes que por motivos religiosos se oponen a tocar a personas de sexo opuesto. Además, conseguir la ciudadania costará unos 350 euros.
La iniciativa responde a las medidas acordadas en junio por el Gobierno de derecha en minoría, el ultraderechista Partido Popular Danés -su aliado externo- y los socialdemócratas, que incluían una ceremonia en los ayuntamientos en la que se tenía que firmar un documento respetando la Constitución.
Sin embargo, en septiembre, la ministra de Integración de Dinamarca, Inger Stojberg, anunció el cambio legal que obliga a dar la mano a los funcionarios.
Danmark gör det igen – handslag krävs för att bli dansk medborgare https://t.co/4lBzr0UiVUpic.twitter.com/fuhM6rRihA
— Petterssonsblogg.se (@TEPettersson) 20 de diciembre de 2018
El anuncio de estos cambios en la ceremonia de naturalización- que entrará en vigor el 1 de enero- provocaron las protestas de varios alcaldes que llegaron a decir que ignorarán las nuevas pautas.
"Dar la mano no muestra si estás integrado o no. Creo que probablemente encontraré una excusa y será el teniente de alcalde el que venga a trabajar ese día", declaró en septiembre Kasper Ejsing Olesen, alcalde de la ciudad de Kerteminde, en el centro de Dinamarca, a The Guardian.
La modificación de esta ceremonia se tomó después de que en agosto las autoridades suizas denegasen la ciudadanía a una pareja musulmana tras rechazar dar la mano a personas del sexo opuesto durante su entrevista con un comité de naturalización.
El comité consideró que la capacidad de integrarse en la sociedad y en las costumbres del país era un requisito indispensable.
La medida danesa, que forma parte de la política lleva a cabo por el gobierno contra la inmigración, ha sido calificada en las redes de racista, discriminatoria e innecesaria.
“Respect is something that occurs between equal citizens. We can’t shake each other’s hands if one of us are on our knees.”#Denmark's immigration policies are getting tougher, with an eye toward Muslims: https://t.co/OHCJwm6Vp0
— Emre Peker (@wsjemre) 21 de diciembre de 2018
Perversiteterna börjar nu få Danmark att framstå som ett land man ej vill vara granne med. Godtycklig norm blir nu populistisk lag fy fan för handslag.
— Det finns Millarder av sexister i sekten SD (@sungura_mdogo) 20 de diciembre de 2018
Men herregud - styrs Danmark av ett gäng rasistiska gymnasister? https://t.co/2uvQKBGS3r
— holmqvist (@konflyktlinjer) 20 de diciembre de 2018
Aislados en una isla
El jueves el Parlamento de Dinamarca también aprobó un plan para enviar a los inmigrantes que se encuentren a la espera de ser expulsados, que hayan delinquido o que no puedan abandonar el país por asuntos legales a la remota isla de Lindholm, situada a unos kilómetros de la costa danesa.
Udviste, kriminelle udlændinge har INTET at gøre i Danmark. Indtil vi kan komme af med dem, flytter vi dem nu ud på øen Lindholm i Stege Bugt, hvor de vil have pligt til at opholde sig på det nye udrejsecenter om natten. Og der vil være politi til stede døgnet rundt. Sådan!#dkpolpic.twitter.com/YybG4zkwQi
— Dansk Folkeparti (@DanskDf1995) 30 de noviembre de 2018
La isla, que estará bajo vigilancia policial permanente, acogerá a partir de 2021 a 125 personas que tendrán que registrarse diariamente y podrán ser encarceladas de no cumplir las reglas. Este plan ha sido también ampliamente criticado y considerado "xenófobo y estrecho de miras".
El velo
El Gobierno también prohibió este año el uso de cualquier tipo de velo islámico, ya se trate del nicab o del burka, en espacios públicos. El uso de este tipo de vestimenta es castigado con una multa de 156 dólares, sanción que puede multiplicarse por diez en caso de reincidencia.