"México no acepta ser un tercer país seguro al aceptar migrantes deportados por EE.UU."
El Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, ha reiterado la postura del país adelantada el pasado viernes: México no acepta "en ninguna condición, ni de iure ni de facto" ser un "tercer país seguro" con relación a las personas que ingresan en su territorio buscando acceder al de EE.UU.
Así, ha afirmado que ser un "tercer país seguro" es un compromiso internacional con carácter vinculante que consiste en comprometerse a que todos los migrantes que transiten por suelo mexicano para llegar a los EE.UU. para pedir asilo, sean regresados a México con la única opción de pedir refugio en este país, "y es por ello, que no aceptamos un tratado de esta naturaleza", ha enfatizado Ebrard.
Esta mañana, en conferencia de prensa con el Presidente de México @lopezobrador_, el canciller @m_ebrard dio a conocer una postura conjunta con @M_OlgaSCordero sobre las medidas del Gobierno de los Estados Unidos y el nuevo paradigma migratorio de México. pic.twitter.com/hF7yDkj1UJ
— SRE México (@SRE_mx) 24 de diciembre de 2018
También ha asegurado que solicitará a las autoridades estadounidenses "mayor información sobre su propuesta de retorno a México de personas con un citatorio para comparecer en una corte migratoria de los Estados Unidos de una manera ordenada y segura".
A pesar de ello, Ebrard ha comunicado que se va a privilegiar "la protección más amplia de los derechos humanos de las personas migrantes" que se encuentran en territorio mexicano, así como la ayuda humanitaria "que requiere para salvaguardar su integridad personal y familiar".
Además, el canciller ha querido cerrar su intervención con un breve comentario, afirmando que la política migratoria de su país está cambiando drásticamente, porque ahora la experiencia de atravesar el país es un "horror" para todos aquellos migrantes que se ven sometidos a "vejaciones, abusos, violaciones, atropellos", en palabras del político mexicano.
Nuevo plan migratorio
En un nuevo giro a la política migratoria con Centroamérica, que contempla la inversión y el desarrollo de los países de la región, el Gobierno mexicano anunció un plan conjunto con EE.UU. para frenar la migración atendiendo las causas.
El plan constará de 35.600 millones de dólares para promover el desarrollo en Centroamérica y el sur de México, divididos de la siguiente manera:
- 5.800 millones de dólares aportados por EE.UU.
- 25.000 millones de dólares en 5 años que México invertirá en el sur de su frontera.
- 4.800 millones de dólares que EE.UU. invertirá a través de la Corporación de Inversión Privada en el Exterior (OPIC) para proyectos en el sur de México.