Brasil abandona el Pacto Migratorio de la ONU
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este miércoles que el gigante latinoamericano se retira del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
"Brasil es soberano para decidir si acepta o no a inmigrantes", destacó a través de Twitter Bolsonaro, quien añadió que aquel que llegue a ese país "deberá estar sujeto" a las "leyes, reglas y costumbres" de esta nación, así como cantar su himno y "respetar la cultura".
"Si en nuestras casas no entra cualquier persona, tampoco entrará cualquiera en Brasil a través de un pacto adoptado por terceros", continúa diciendo en mismo tuit el presidente, que subraya: "No al pacto migratorio".
Pacto Migratório: pic.twitter.com/PPI5j6S698
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) 9 de enero de 2019
"La defensa de la soberanía nacional fue una de las banderas de nuestra campaña y será una prioridad de nuestro gobierno. Los brasileños y los inmigrantes que viven aquí estarán más seguros con las reglas que definimos por nuestra cuenta, sin presión desde el exterior", destacó en otro tuit Bolsonaro.
Jamais recusaremos ajuda aos que precisam, mas a imigração não pode ser indiscriminada. É necessário critérios, buscando a melhor solução de acordo com a realidade de cada país. Se controlamos quem deixamos entrar em nossas casas, por que faríamos diferente com o nosso Brasil?
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) 9 de enero de 2019
El pacto fue ratificado en diciembre de 2018 por 152 naciones — Brasil entre ellas—, mientras que 12 países se abstuvieron y cinco votaron en contra: EE.UU., Israel, Hungría, Polonia y República Checa.
Bolsonaro ya había anunciado que cuando accediese al poder rectificaría la decisión tomada por el expresidente Michel Temer.
El pacto
En este pacto se establecen compromisos concretos como medidas contra la trata y el tráfico de personas, evitar la separación de las familias, que la detención de migrantes sea un último recurso o que tengan acceso a la Justicia, entre otras cosas.
Con este acuerdo, que no es vinculante, los Estados se comprometen a mejorar su cooperación con el objetivo de salvar vidas, garantizar un regreso "seguro y digno" a los inmigrantes deportados y no expulsar a quienes se enfrentan a un "riesgo real y previsible" de muerte, tortura u otros tratos inhumanos.