El lunes 14 de enero el presidente de Colombia, Iván Duque, informó que estaba trabajando en la creación de Prosur. Se trata de una nueva organización de integración regional sudamericana que busca reemplazar a la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
Según Duque, ya cuenta con el aval de su par chileno, Sebastián Piñera, y ha estado hablando con otros mandatarios para dar nacimiento al nuevo agrupamiento. "Hemos venido avanzando en el final de Unasur y la creación de Prosur, que más que una organización burocrática o al servicio de un gobierno particular, será un organismo de coordinación suramericana", declaró Duque a la emisora Oye Cali.
Asimismo enfatizó que se tratará de una herramienta "de políticas públicas, en defensa de la democracia, la separación de poderes y la economía de mercado".
Cabe recordar que Bogotá se retiró en agosto de 2018 de Unasur. En abril ya había anunciado, junto a otros cinco países (Argentina, Paraguay, Brasil, Chile y Perú) que suspendía su participación.
Es por eso que para la analista internacional y colaboradora de AFP en Buenos Aires, Oriane Fléchaire, esta decisión "es la crónica de una muerte anunciada".
"Hicieron todo para vaciar de sentido la Unasur", dijo a este medio. En esa línea añadió que estos países "trabajaron para eso" y recordó que "el organismo quedó acéfalo ya que está sin secretario general" desde febrero de 2017, justamente por la falta de "voluntad de trabajar realmente para que ese organismo siga existiendo".
Aunado a ello, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, informó en julio del año pasado el retiro de la Unasur de la gran sede construida para el organismo al occidente de Quito; donde ahora funcionará una universidad indígena. En su lugar, se puso a disposición del bloque una "casa patrimonial" en el centro de la capital ecuatoriana.
Sin autonomía de Washington
En sus declaraciones, Duque no tuvo problemas en aclarar que Prosur coordinará acciones conjuntas para que "termine" el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, al cual calificó como una "dictadura".
Esto va en sintonía con el antecedente más cercano que tiene este nuevo organismo: el Grupo de Lima, conformado por 14 países de toda América, de los cuales 13 –Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía– anunciaron el desconocimiento de la investidura del presidente venezolano apenas días atrás, mientras que sólo México se abstuvo. No obstante, varios de ellos debieron luego rectificar su posición, según informaron desde Caracas.
Para el analista y experto en las relaciones entre América Latina y EE.UU., Leandro Morgenfeld, estas acciones son parte de una estrategia que "tiene que ver con abonar a la destrucción de cualquier organismo de cooperación, de coordinación política o integración regional que sea autónomo de los mandatos de Washington".
Desde su perspectiva "esta nueva propuesta de reemplazar a la Unasur con una organización que sea completamente funcional como el Grupo de Lima para atacar a Venezuela y los países no alineados" con EE.UU. va en la línea de "mostrar que el presidente de Colombia es directamente una especie de títere o brazo ejecutor de las políticas estadounidenses".
Fléchaire es aún más contundente y señala que están "avanzando paso a paso para conformar un organismo que no es, cómo dicen, una cosa menos burocrática". "Lo que quieren es un organismo de derecha, conservador y hecho a medida de sus intereses", sentenció.
Unasur, un proyecto brasileño
La organización que hasta ahora reunió a todos los países de América del Sur se constituyó formlamente en 2008, pero su gestación empezó mucho tiempo antes. Como explicó en conversación telefónica el periodista internacional Federico Larsen, ya en el año 2000 Brasil comenzó a impulsar reuniones regionales "para intentar discutir algunas de las alternativas que tenía la región".
En este sentido marcó dos aspectos importantes. Por un lado, que "Unasur es una creación en función de los intereses del Gobierno de Brasil" y la idea siempre fue la de "proyectar los intereses brasileños a una plataforma regional". Aunque eso no quiere decir que en algunos casos no sean "intereses compartidos con otros Gobiernos".
Larsen enfatizó que había un interés claro, sobre todo desde el punto de vista de "la construcción de infraestructura y financiación". No casualmente Brasilia crea "un Banco de fomento que tiene alcance a nivel sudamericano".
Pero el otro punto que resalta es que Unasur "no es un proyecto del Partido de los Trabajadores (PT) o de la izquierda, como Duque y Piñera plantean", sino que es una política de Estado brasileña que buscaba "una alternativa a lo que venían siendo las Cumbres de las Américas" donde se estaba discutiendo un área de libre comercio continental.
"Unasur había conseguido lo que no se había logrado nunca, que era empezar a hablar de una política de seguridad conjunta" y eso "generó temor a nivel de las grandes potencias", completó.
Sobre esta base es que el retroceso del organismo de integración sudamericano está directamente vinculado con la "pérdida de gravitación internacional" de Brasil a partir del 'impeachment' contra Dilma Rousseff en 2016.
¿Qué se espera de Prosur?
Más allá de que todavía no existe nada formal, se puede vislumbrar hacia adonde apunta esta nueva organización. Para Larsen "no tiene ningún tipo de raíz política, institucional, ni económica" ya que el mismo Duque sostuvo que se trata de una "fuerza de coordinación".
"Se parece más a un foro de alto nivel que a una organización internacional", opinó el periodista. Y también recordó que una organización internacional tiene un estatuto, un sistema burocrático, que "es justamente lo que Duque rechaza". "No sirve una cosa así hoy en América Latina. No tiene una base sólida fundada en los intereses comunes", añadió.
Por su parte, Morgenfeld consideró que "sería gravísimo si esta iniciativa avanza porque revertir después la destrucción de un organismo que supo ser tan importante en los últimos 10 años –más allá de la parálisis que sufre actualmente– sería perder herramientas que podrían ser muy útiles si cambiara el contexto político regional".
Asimismo, analizó que es "una tarea importante" mostrar que "aún con las limitaciones que tuvieron", es necesario que existan organismos como la Unasur o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños para así "limitar esta ofensiva de los Gobiernos de la derecha que el único objetivo que tienen es atacar los países bolivarianos".
Por último, Larsen historizó que Chile, México y en menor medida Colombia, desde la década de 1990 "se desconectaron por completo de lo que es la integración latinoamericana". Chile y México entraron a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). En el caso de México, además, firmó un tratado de libre comercio con EE.UU. y Bogotá estableció el llamado "Plan Colombia", que derivó luego en la instalación de siete bases militares estadounidenses en su territorio.
Finalmente, subrayó que quienes impulsan Prosur son países que "prácticamente desde hace 30 años están totalmente por fuera de la integración latinoamericana". "Que ahora tengan estas posiciones habla de una necesidad por parte de ciertas fuerzas a nivel internacional como Washington, de empezar a presionar para redireccionar los esfuerzos a nivel diplomático", concluyó.
Santiago Mayor
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